El pleno de las Juntas Generales de Vizcaya ha dado luz verde esta semana a la norma foral que permitirá la implantación de un canon de uso a vehículos pesados de transporte de mercancías de más de 3,5 toneladas en cinco tramos de vías de la provincia.
Así pues, esta nueva tasa entrará en vigor tras su publicación oficial, de tal modo que el importe concreto del peajese establecerá más adelante vía Decreto Foral.
La regulación comprende un sistema de arcos de control de tipología ‘free-flow’ en la red viaria de alta capacidad de la provincia con un coste aproximado de 60 millones de euros, ha salido adelante con los votos a favor de Nacionalistas Vascos y Socialistas Vascos. EH Bildu y Elkarrekin Bizkaia se han abstenido, mientras que el grupo Mixto-PP Bizkaia ha votado en contra.
De este modo, el peaje afectará a cinco tramos de la red viaria vizcaína con una longitud total de 101,7 kilómetros, entre los que se incluyen la A-8 y la BI-10, desde Basurto hasta el Haya, la N-240 por Barazar, desde El Gallo hasta la variante de Ubidea, la N-636 desde Durango hasta la raya con Guipúzcoa, el corredor del Txorierri, es decir, la BI-30 o antigua N-637, entre Erletxes y Rontegui, y la BI-625, desde Llodio hasta Basauri.
La instauración de estos peajes pretende cubrir los costes de conservación y mantenimiento de las vías, dejando de lado los intereses del sector y el impacto que tiene sobre la competitividad de los productos que se transportan la incorporación de un nuevo coste adicional.