El deshielo que experimenta el planeta en los últimos años ha abierto una nueva vía por el Ártico para el transporte marítimo entre Asia y Europa. Aunque aún está en ciernes, la ruta podría suponer una revolución para el sector a largo plazo.
Actualmente, el llamado paso Noroeste del Ártico sólo es transitable cuatro meses del año, desde finales de julio a noviembre, pero el cambio climático y al deshielo están modificando esta situación. De hecho, algunos expertos señalan que el 15% del comercio exterior de China que se exporta por mar circulará por el Ártico en 2020, según un estudio de OBS.
Se prevé que la ruta acorte un 30% la duración del trayecto entre China y Europa. El primer buque mercante chino que utilizó el paso, el ‘Yong Sheng’, en agosto de 2013, realizó el trayecto entre el puerto de Dalian y el de Rotterdam en 33 días, frente a los 42 habituales.
Navegó por el estrecho de Bering y posteriormente a lo largo de la costa norte rusa en lugar de hacerlo por la ruta habitual que cruza el Canal de Suez, que habría cubierto en 48 días. Así, recorrió un total de 14.600 km, 7.000 menos que los 21.600 km que separan el puerto chino del holandés atravesando Suez.
Cifras simbólicas
El tráfico crece a través de esta vía, pero sus cifras aún son simbólicas. Así, en 2010 utilizaron el paso nororiental del Ártico sólo cuatro navíos, y dos años después lo utilizaron 46 barcos. Cifras muy lejanas a los 19.000 barcos que atravesaron el Canal de Suez en el año 2012.
No obstante, el gobierno chino espera que esta nueva ruta le ayude a desarrollar fuertemente el noreste del país, muy afectado por el proceso de desmantelamiento y privatización industrial llevado a cabo por Pekín desde que puso en marcha el proceso de reformas económicas hace tres décadas.