Un reciente estudio elaborado por la federación sindical europea ETF señala que en torno a dos tercios de los conductores
profesionales suelen sentir cansancio mientras conducen.
En concreto, el trabajo indica que un 66% de los conductores de autobuses y autocares encuestados y un 60% de los conductores de camión encuestados se sienten cansados al volante.
De igual modo, un 24% de los conductores de autobuses y autocares y un 30% de los conductores de camiones afirman haberse dormido mientras conducían.
A la vista de unos resultados, que, según las conclusiones del informe, podrían tener un alcance real mucho mayor, ETF defiende que este estudio demuestra que el cansancio de los conductores es un problema estructural y generalizado en el sector del transporte de viajeros y de mercancías en Europa.
En concreto, el trabajo señala que las condiciones de trabajo y empleo deficientes se sitúan entre las razones principales de la escasez de sueño entre los conductores profesionales.
Según el análisis, un 88% de los conductores de camión encuestados y un 60% de los conductores de autobuses y autocares
encuestados trabajaban más de 40 horas semanales, y, además, un porcentaje significativo de estos conductorestrabajaba más de 50 horas semanales.
Por otra parte, el trabajo señala una relación directa entre el nivel de remuneración de los conductores y sus horas de trabajo.
Medidas preventivas
A la vista de estos resultados, ETF reclaman medidas a las empresas y a las Administraciones.
Por un lado, por lo que respecta a las compañías de transporte, la federación sindical europea pide que se establezcan estrategias de gestión del riesgo de cansancio a nivel de empresa, que se invierta en mejores equipamientos para los vehículos y que se reduza el trabajo físico de los conductores.
En relación con las Administraciones, ETF solicita que se endurezcan las normas de conducción y descanso, así como que se aplique la normativa de forma coherente y eficaz.
En definitiva, el estudio concluye que "el cansancio del conductor es un problema creciente, con efectos clave en la seguridad vial y en la salud y seguridad de los conductores, y que la necesidad de combatirlo es urgente".
En este mismo sentido, se argumenta que "la lucha contra el cansancio requerirá soluciones complejas y una fuerte voluntad política", que "requiere la implicación y la acción de muchos actores que tendrán que equilibrar los factores sociales y económicos si quieren influir eficazmente en las condiciones de trabajo del sector, y así eliminar el cansancio de los conductores y mejorar la seguridad vial", toda vez que "la seguridad vial no debe sacrificarse por los objetivos comerciales de un transporte barato, flexible y rápido".