Traton estima que los camiones eléctricos serán una realidad operativa en el transporte de mercancías de larga distancia mucho antes de lo que se suele pensar.
En este sentido, el conglomerado alemán defiende que la electrificación ofrece toda una serie de ventajas económicas frente a los actuales motores de combustión que van más allá de los puros beneficios medioambientales.
Así pues, la compañía asegura que los vehículos diésel desperdician la mitad de la energía en forma de calor, mientras que los motores eléctricos consiguen convertir en movimiento el 75% de la energía suministrada.
En esta misma línea, Traton también asegura que los camiones eléctricos tienen menos gastos que los de combustión interna en aspectos como el mantenimiento o las averías mecánicas.
Concretamente, el grupo automovilístico germano estima que, aunque el precio de adquisición de los camiones eléctricos es superior al de sus equivalentes diésel, sin embargo, en todo su ciclo de vida útil, estas unidades ofrecen ahorros significativos en mantenimiento y consumo energético, dado que el coste de la electricidad es significativamente menor al del diésel por kilómetro, según la marca, que compensan sobradamente, ofreciendo un coste total de propiedad inferior.
Así pues, Traton asegura que el uso de camiones eléctricos se acelerará en los próximos años, dado que el sector del transporte de mercancías por carretera es especialmente sensible a los incrementos de costes.
Consecuentemente, la compañía estima que para 2025 los camiones eléctricos serán más baratos de adquirir y operar que sus equivalentes diésel y que los ahorros de los primeros frente a los de combustión interna serán de más de un 10% para 2030, lo que contribuiría decisivamente a marginar el uso de derivados del petróleo en el transporte profesional no solo por su impacto medioambiental, sino por sus costes econónicos.
Sin embargo, para conseguir un despliegue efectivo de los camiones eléctricos, Traton considera imprescindible que también se consiga generar una tupida red de recarga que permita repostar a estas unidades.
Para ello, es fundamental que la inafraestructura permita aprovechar las pausas y los descansos de los conductores para reponer la energía de los camiones y que puedan seguir sus rutas sobre la base de que las actuales baterías ya ofrecen autonomías de hasta 400 kilómetros, aunque el avance tecnológico permite que aumenten las distancias que puedan cubrir y, al mismo tiempo, se abaratan.