La Dirección General de Tráfico estima que los problemas del sueño pudieron estar presentes en un 7% de los siniestros mortales de tráfico que se produjeron en 2021.
Siguiendo este calculo, 77 personas fallecieron ese año en accidentes viales causados por somnolencia y trastornos similares.
La falta de sueño tiene consecuencias importantes en la vida de las personas como el debilitamiento del sistema inmunitario, trastornos cardiovasculares, metabólicos, enfermedades neurodegenerativas, problemas de fatiga y salud mental que incrementan el riesgo de siniestralidad vial, que puede ser de cuatro veces más en caso de que el conductor haya dormido entre cuatro y cinco horas o llegar a multiplicarse por once en el caso de dormir menos de cuatro horas.
Por ese motivo, los expertos reivindican la necesidad de establecer circuitos urgentes de coordinación en las instituciones públicas y privadas para poder diagnosticar y tratar a conductores profesionales con trastornos del sueño en el menor tiempo posible, dada la incidencia que pueden tener estos problemas de salud en la seguridad vial.
En el ámbito del transporte de mercancías por carretera, la fatiga es un factor de riesgo contra el que luchan empresas y sindicatos. Por un lado, los representantes sindicales llevan a cabo campañas de concienciación anuales para alertar de este problema, mientras que, por otra parte, cada vez más empresas desarrollan planes de concienciación para que los conductores cumplan escrupulosamente los tiempos de conducción y descanso, mientras se multiplican los desarrollos tecnológicos para alertar de situaciones críticas al volante antes de que se produzcan siniestros.