Los plazos se han ido cumpliendo sin que Unipost encontrara un clavo ardiendo al que sujetarse para evitar su liquidación definitiva y esta misma semana el administrador concursal del operador postal privado ha solicitado la apertura de la fase de liquidación de la sociedad.
Nadie ha acudido a salvar in extremis la situación de Unipost, ni se ha presentado una oferta razonable por lo que quedaba de la empresa, después de que el Juzgado de lo Mercantil número 7 de Barcelona diera un plazo de 40 días a la empresa para encontrar algún comprador, antes de abrir definitivamente el procedimiento de liquidación de la empresa catalana.
Consecuentemente, la administración concursal, en manos de Jausas Legal, ha solicitado al Tribunal la liquidación de la sociedad, ante las tensiones de tesorería por sus actividades ordinarias, la inviabilidad del convenio de acreedores, el aumento de los importes de los créditos que tiene pendiente el operador postal y la imposibilidad de hallar una empresa o fondo de inversión interesado en adquirir los activos de Unipost, con el fin de tomar el control de la situación, buscar un cierre de actividad ordenado y, de este modo, evitar un deterioro aún mayor que cause perjuicios aún mayores a sus acreedores, una vez que el tribunal competente tome la decisión.
Unipost completó la segunda fase del expediente de regulación de su plantilla a primeros de mes y, además, cerró 24 delegaciones, en un último intento por reducir gastos que no ha obtenido sus frutos.
Con anterioridad, en diciembre, el administrador concursal del operador postal solicitó la liquidación de la empresa, pero en enero de este mismo año, la familia Raventós presentó un plan de viabilidad que retrasó el final de Unipost.
Ya, solo la decisión judicial separa a la empresa de su desaparición definitiva.