En diciembre, y tras la fusión con Hapag-Lloyd, estos buques han pasado a pertenecer a su flota, junto con otros 43 embarcaciones propiedad de la naviera chilena. En conjunto, suman una flota total de 200 buques con capacidad de un millón de TEUs.
Estos últimos siete buques han sido diseñados de acuerdo con un concepto llamado "de viga ancha", tan anchos como los buques de más de 13.200 TEUs. Además, tienen un calado de no más de 12,5 metros, lo que significa que pueden hacer escalas en los pequeños puertos de América del Sur.
Con espacio para alrededor de 1.400 contenedores refrigerados, las nuevas embarcaciones están dirigidas al transporte de carga perecedera, en particular, fruta, verdura, pescado o carne. El transporte de este tipo de mercancía es de los más importantes dentro del mercado sudamericano.
Los buques, que comenzaron a construirse durante el 2014, cuentan con un motor principal de hasta 46.480 kW que ofrece el más alto grado de eficiencia para con cargas pesadas y con navegación lenta, y cuenta con una mayor eficiencia en el uso del combustible. También están equipadas con tecnología de última generación para el tratamiento del agua de lastre. Las últimas unidades serán entregadas en junio de 2015.