En el transporte marítimo intercontinental se detecta una significativa disminución de la demanda que se refleja de manera evidente en una relajación de la congestión que venía afectando en los últimos meses tanto a los puertos californianos, como al recinto portuario de Shanghai.
Además, como señala Freightos en su análisis, también se ha dado la circunstancia de que muchas empresas han decidido adelantar sus pedidos ante las dificultades que existen en el abastecimiento desde hace meses, con lo que ya contarían con stock suficiente para hacer frente a las necesidades de un mercado que se mueve en un contexto de gran incertidumbre marcado por la alta incertidumbre y las reticencias de los consumidores.
En concreto, parece que el puerto de Shanghai no parece registran un aumento del número de buques tras la reapertura de la ciudad tras el cierre sanitarios y, al tiempo, los niveles de congestión en Long Beach se han ido reduciendo.
Como consecuencia, se ha producido una tendencia paralela en los tiempos de tránsito en los servicios transcoceánicos, con una caída de un 25% en lo que va de año, aunque, en todo caso, siguen colocados muy por encima de los tiempos que se registraban antes de la pandemia.
La debilidad en la demanda y la mayor velocidad en los servicios hacen que haya aumentado la capacidad disponible y que, a la vez, los fletes evolcionen moderadamente a la baja.