Dicen los clásicos que el tiempo huye. Y, aunque no sepamos muy bien de qué, lo cierto es que lo que haya de pasar se acerca lenta, pero inexorablemente, al menos por lo que respecta al 'Brexit', a no ser que una nueva prórroga venga a prolongar esta triste agonía.
Durante los dos últimos meses se han conocido diversas informaciones que hablan a las claras del tremendo impacto que tendrá esta separación y que, además, se hará mayor si, llegado el caso, se hace de la forma más traumática posible, es decir, sin acuerdo, algo que es “inaceptable para el transporte y la logística europeos”.
Así las cosas, el propio Reino Unido ha anunciado que no las tiene todas consigo a la hora de la salida de la Unión Europea, mientras que la IRU pide medidas de contingencia transitorias para aminorar el golpe y Francia se ha puesto manos a la obra con un sistema aduanero inteligente. Aquí en España, al mismo tiempo, Froet insiste en la necesidad de una mayor flexibilización de los controles aduaneros, máxime ante las dudas que se plantean en relación con los tiempos de conducción y descanso.
Igualmente en el ámbito de lo que habrá de pasar en las próximas semanas se coloca el hecho de que las instituciones europeas han retomado justo donde se quedó la negociación para alcanzar un acuerdo en relación con el Paquete de Movilidad, sobre todo en tres aspectos fundamentales de esta norma básica para el sector como son el desplazamiento de trabajadores, los tiempos de conducción y descanso y el acceso al mercado, ámbito en el que se encuentra también todo lo relacionado con el cabotaje.
Sin embargo, como pequeño traspiés antes de que inicie la negociación, el Parlamento Europeo ha rechazado el nombramiento de la que habría de ser la nueva comisaria de Transporte, lo que coloca a la nueva Comisión ante un escenario inédito.
Antes de que llegue el 'Brexit' y de que se empiece a negociar el Paquete de Movilidad, sin embargo, a finales de agosto, el transporte internacional español ha pasado un nuevo 'vía crucis' por mor de la reunión del G-7 en la localidad vascofrancesa de Biarritz, para la que el paso fronterizo se blindó a cal y canto, algo que supuso graves pérdidas para el sector por paralizaciones, retrasos en los circuitos y desvíos por trayectos más largos.
En total, el sector cifra en cuatro millones las pérdidas, aunque Tráfico ha minimizado el impacto de las restricciones adoptadas.
Asturias y Galicia, "deslocalización silenciosa"
Por otra parte, en el último mes, los transportistas asturianos se han plantado ante la bajada de precios planteada por ArcelorMittal, hasta conseguir llevarse el gato al agua, con septiembre a punto de finalizar, bajo amenaza de dejar de trabajar para esta multinacional, mientras que en la vecina comunidad de Galicia, el transporte de carbón también se ha manifestado contra la desaparición del tejido industrial de la región., en lo que en la zona estiman una “deslocalización silenciosa”.
En esta misma región, la Xunta ha decidido rebajar sus peajes en horario nocturno y ya le ha dado carta de naturaleza a esta medida, aunque el sector ha pedido por activa y por pasiva que se extiendan, en pleno debate sobre el pago por uso de infraestructuras.
Evolución del sector y empresa
Por lo que respecta a la evolución del sector, Fomento ha constatado un incremento de los precios del transporte, con costes contenidos, pese a que los costes laborales han registrado un fuerte aumento, en un marco de volúmenes de mercancías transportadas por carretera que dan muestras de debilidad y precios que crecen un 2% anual.
En el plano empresarial, y con un marco de creación de empresas a la baja, Olano sigue ganado tamaño, Ontruck ha iniciado sus operaciones en los Países Bajos y Transportes Caudete ha absorbido a una participada