Dicen las estadísticas oficiales que el transporte de mercancías por carretera español va bien. Sin embargo, con crecimientos de volúmenes de un 10,41% anual en el primer trimestre de 2019, aunque con comportamientos desiguales en algunos segmentos, e incrementos de precios de un 1,8% en dicho período, que contrastan con las bajadas que se registran en el resto de Europa, no paran de salirle nuevos problemas.
Casi a finales de mes se ha conocido un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia que ratifica la imposibilidad de regular los precios de un mercado liberalizado para que todos los operadores vayan por encima de costes.
Además, pese a que algunos informes certifican que un brillante futuro le aguarda al sector, que verá cómo se triplican sus volúmenes de aquí a 2050, las primeras negociaciones del III Acuerdo Marco no acaban de arrojar ningún avance serio, más allá de la frialdad con que se reúnen las partes, en unas conversaciones que podrían ir para largo.
De igual modo, las mismas dudas legales que ya existían en el caso de la contratación por debajo de costes (tumbadas, recordemos, por Competencia) se extienden a la eliminación de la cláusula del "salvo pacto en contrario" en los contratos de transporte, algo que, según parece, ya no defiende Fomento. Solo lo hacen las asociaciones del sector contra viento y marea, frente a una costa escarpada jalonada de altos acantilados legales y pidiendo la ayuda de los sindicatos en la defensa del sector ante tanta incertidumbre.
Mayo ha sido también el mes en que ha entrado en vigor la nueva obligación de contabilizar las jornadas de trabajo, algo que ha provocado alguna duda en el transporte y que la Administración quiso solventar con la publicación de una guía oficial.
De igual modo, en el saco de las buenas (aunque pocas) noticias se encuentra la comunicación de la Comisión Europea, que indica que el descanso en cabina solo se podrá sancionar cuando se coja a un conductor tomándolo en su cabina.
Sin embargo, siguen los rumores sobre una posible subida de los impuestos del gasóleo, aunque la falta de un Gobierno al frente del país sirve para demorar una decisión que, al decir de algunos, parece inevitable.
Otra situación de espera se ha abierto también para los transportistas que realizan servicios de distribución urbana de mercancías en Madrid Central, un proyecto que podría desaparece, cambiar radicalmente o, incluso (aún no se sabe) permanecer tal cual se diseñó.
Por lo que respecta a las estadísticas que dibujan la situación del sector, y aunque parece ser que la recuperación económica no ha llegado por igual a todas las empresas de transporte, la afiliación a la Seguridad Social mantiene el ritmo, pese a que hay 1.300 empresas de transporte de mercancías por carretera menos que hace un año.
De igual manera, en los tres primeros meses del año se ha producido un fuerte incremento en el número de procedimientos concursales en el transporte y la logística, sectores que, a su vez, son los que menos empresas crean en España.
Por otra parte, en el primer trimestre de 2019 se han incrementado los accidentes laborales en el sector logístico y de transporte un 8%, al tiempo que los incrementos salariales fijados en los convenios colectivos suscritos hasta abril se han reducido.