Hace aproximadamente un año, una nueva enfermedad extendida a nivel global se instalaba para sumir al país en una incierta nebulosa económica y social.
Pasado este tiempo, podrían haberse extraido conclusiones que ayudaran a sobrellevar mejor una situación que está dejando decenas de miles de personas fallecidas, pero, sin embargo, marzo ha servido claramente para comprobar que todo sigue igual y que cada Administración parece hacer la guerra por su cuenta.
A vueltas con los peajes y el pago por uso
Un ejemplo claro de este desfase se encuentra en los peajes para camiones de la Diputación de Guipúzcoa. De nada ha servido una sentencia del Tribunal Supremo en relación con estas tasas que considera discriminatorias, incluidas reclamaciones clamorosas del conjunto del sector. Todo lo contrario, la autoridad foral vasca se muestra inflexible en un asunto que, obviamente, le toca el bolsillo en un panorama de vacas flacas.
Así mismo, los peajes para camiones amenazan con extenderse a Navarra, donde el clima político es favorable a imitar a Guipúzcoa, pese a la frontal oposición de los transportistas de la Comunidad Foral. Incluso sigue presente, como un zumbido constante y de cierta intensidad, el debate sobre el pago por uso, señal de que algo se mueve.
Por otra parte, el transporte se siente agraviado en el reparto de las ayudas públicas, pese al impacto que ha tenido la pandemia en el sector, especialmente en el segmento del internacional.
En Europa, al mismo tiempo, cada país está introduciendo medidas de control fronterizosegún su propio criterio, dejando de lado las líneas maestras dibujadas por la Comisión Europea, para facilitar el tránsito de bienes. Esta situación provoca, por ejemplo, que las colas para acceder a Alemania hayan aumentado en un 30%.
Una oposición creciente al Paquete de Movilidad
Al tiempo, continúan las turbulencias que afectan al Paquete de Movilidad, mientras crece el número de países dispuesto a enmendar una norma que es la clave de bóveda de la regulación del mercado europeo de transporte. Incluso Bélgica pone en jaque las nuevas reglas del cabotaje, pese a la defensa que han hecho los sindicatos de la UE.
Así mismo, en marzo se han registrado multitud de variaciones en diversos convenios provinciales, como han sido los casos de Alicante, donde se han modificado las tablas salariales, o en Cuenca, con una creciente presión sindical.
De igual manera, el convenio de Cantabria también ha modificado las condiciones salariales de los trabajadores del sector, mientras que en Galicia, los transportistas del carbón de la central de As Pontes han decidido plantarse a las puertas del complejo como medida de protesta por la falta de acuerdo institucional para darle una salida digna al colectivo.
Por otro lado, los transportistas portuarios de Valencia siguen reclamando mejoras que eviten las largas colas que soportan a diario, que les dificultan el trabajo y que les añaden más costes. En esta misma línea, también los transportistas portuarios castellonenses piden mejoras en la operativa de la terminal de contenedores.
Nuevo ADR y ayudas al abandono
Adicionalmente, en marzo se ha publicado el texto definitivo del nuevo ADR 2021 que entrará en vigor obligatoriamente en julio.
Mientras, el País Vasco ha cerrado su proceso de otorgamiento de ayudas al abandono, mientras que, a nivel nacional, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana también ha iniciado el plazo para que los transportistas autónomos puedan solicitarlas.
Finalmente, las estadísticas oficiales dibujan un panorama para el sector afectado por un descenso en los volúmenes de mercancías transportados, como consecuencia de la pandemia, aunque con los precios al alza.
Por lo menos, en marzo han caído dos bandas de delicuentes dedicadas a robar en camiones y otra más en áreas de servicio catalanas. Al menos, las carreteras serán un poquito más seguras.