En los últimos 30 años España ha llevado a cabo un profundo proceso de rehabilitación del ferrocarril. De un tren ineficaz y socialmente despreciado, como era el que teníamos en los años ‘80, hemos pasado a un tren admirado y reivindicado por los propios ciudadanos. El AVE y las Cercanías constituyen hoy la demostración de que el tren ha sobrevivido al embate del progreso y ha aceptado el reto de la tecnología y de la calidad de servicio.Nos toca, ahora, hacer lo mismo con el ferrocarril de mercancías.
Mucho se ha escrito y analizado sobre el desequilibrio modal del transporte terrestre y sus causas: la carretera gana por goleada al ferrocarril y la causa fundamental es el diferencial de rentabilidad entre uno y otro modo, a su vez inducido por un cúmulo de circunstancias estructurales. No es el momento de describirlas. Son conocidas y corresponde a la Administración decidir sobre ellas.
Desde Renfe Mercancías lo que entendemos que nos toca hacer para acometer la modernización de nuestra oferta es algo sencillo de enunciar: dar un salto cualitativo en rentabilidad y en calidad de servicio; ganar la batalla de la competitividad modal. Se trata de contribuir a que el modo de transporte ferroviario gane cuota, apoyando su crecimiento en el respeto absoluto al principio de competencia.
Este es el principio fundamental del Plan 17-19 que Renfe Mercancías viene desarrollando desde hace un año. En el primer ejercicio del Plan los resultados son muy alentadores: hemos reducido a la mitad el margen negativo de operación y nos hemos aproximado al equilibrio del Ebitda, alejando el riesgo de colapso que la evolución del balance de la Compañía venía manifestando.
[sumario]La mejora de la ficiencia tiene como objetivo final trasladar el incremento de competitividad al mercado para que sean los clientes quienes la perciban y se beneficien de las economías generadas.[/sumario]
La reducción de la plantilla, especialmente de personal indirecto, la selección del activo productivo y la enajenación del activo excedentario, la mejora de la productividad de los recursos, tanto humanos como materiales, y el desarrollo de capacidades para la gestión eficiente de las operaciones son los aspectos básicos del proceso de transformación interna de la Compañía sobre los que el Plan 17-19 está actuando.
La mejora de la eficiencia tiene un objetivo final evidente: trasladar el incremento de competitividad al mercado para que sean los clientes quienes la perciban y se beneficien de las economías generadas. Este es el principio que debe dar origen a una nueva forma de gestión comercial: ofrecer al cliente mayor calidad con mejores precios.
Creemos que ese es el camino inmediato para la rehabilitación del transporte de mercancías por ferrocarril y para contribuir a la mayor participación del tren en el sistema general de transportes.
Un país moderno no se puede permitir el derroche que supone disponer de un capital importante en infraestructura ferroviaria y no utilizarlo con racionalidad. Ese capital, gestionado de forma abierta y no restrictiva, debe facilitar el progreso de una operación ferroviaria en sana competencia, en donde la conexión y la cooperación con otros modos dé cómo resultado un sistema de transporte económicamente viable y ambientalmente sostenible.
Abelardo Carrillo
Director General RENFE MERCANCÍAS