¿Punto final a las operaciones de recompra de vehículos industriales?

El cambio de políticas comerciales que, poco a poco, parecen ir afrontando los fabricantes de vehículos industriales, repercutirá en cómo se plantean la adquisición de vehículos los transportistas.

12/06/2018 a las 22:11 h

lLs fabricantes de vehículos industriales parecen haber entrado en una dinámica que les está llevando a replantearse sus políticas de venta.

Parece que la época dorada de los pactos de recompra y de los contratos de arrendamiento financiero para adquirir vehículos industriales podría estar tocando a su fin, porque el modelo empieza a parecer insostenible.

En términos generales, los fabricantes de vehículos industriales parecen haber entrado en una dinámica que les está llevando a replantearse sus políticas de venta, ante una coyuntura en que la demanda parece en franca progresión, pese a recaídas como la del pasado mes de mayo, y con perspectivas de situarse a medio plazo en unas ventas para este 2018de en torno a los 25.000 vehículos industriales, si la construcción empieza a tirar también de las matriculaciones de camiones y pese al volumen creciente de matriculaciones fuera de España que se registran.

En esta alteración de modelo comercial parece haber influido también el cambio que se ha vivido en los últimos años en los servicios posventa y de mantenimiento, así como en la necesidad de eliminar operaciones difíciles de entender con períodos de devolución demasiado cortos, sobre todo si se compara con los períodos de amortización de los vehículos industriales.

Así pues, parece que los fabricantes tienden a pensarse estas operaciones para casos puntuales en los que los cálculos de rentabilidad se ajusten a lo razonable, en vez de seguir en una guerra constante por ganar cuota de mercado.

Por lo que respecta a los empresarios del transporte, este cambio de modelo comercial también implicará modificaciones en sus cuentas, ya que tendrán que pasar a considerar la adquisición de sus unidades de transporte como una inversión, en vez de como un gasto asociado a cuotas periódicas.

De igual modo, este cambio de modelo supondrá que los transportistas tendrán que contar con financiación adecuada para cualquier operación de ampliación o renovación de flota, algo que también podrá llegar a través de las financieras de las marcas que, a su vez, podrían vincular la operación a posteriores adquisiciones.