La cadena de valor española de la refrigeración y aire acondicionado ha adoptado una posición conjunta respecto a la próxima revisión en el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea del Reglamento de Gases Fluorados.
Desde la industria española, han querido expresar su preocupación ante la postura de algunos sectores del Parlamento, que están adoptando "una posición muy extrema" que podría traer consecuencias no deseadas para Europa, especialmente graves en España.
La votación final del Parlamento respecto a la propuesta aprobada en la Comisión de Medio Ambiente se producirá el 30 de marzo, y en este texto, según explican desde Asedas, se incluye la prohibición del uso de estos gases a partir de 2024 tanto en mantenimiento de refrigeración como de clima.
En la sesión, no obstante, se votarán varias enmiendas, como la 152, que establece un calendario de eliminación progresiva. Además, se solicita poder realizar mantenimiento en instalaciones de aire acondicionado, ya que el uso de refrigerantes naturales es muy incipiente e imposible en algunas de ellas.
La Asociación, que reclama calendarios factibles, también indica que, aunque los refrigerantes con un alto potencial de calentamiento global deben ser sustituidos por otras alternativas, un umbral demasiado bajo supondría que no podrían mantenerse instalaciones de refrigeración relativamente nuevas a partir de 2024.
Distribución alimentaria
En este sentido, si bien la propia Comisión y varios países del Consejo se oponen a la postura de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento, no está clara la posición de España. En el caso de la distribución alimentaria, más de un 90% de los 24.000 puntos de venta de distribución alimentaria en España no podrían ser mantenidos.
También se verá afectado, por ejemplo, el sector agroalimentario, pues España es el primer exportador de la UE. La afección comenzaría en el nivel del productor, continuaría en el transporte refrigerado y alcanzaría al nivel de distribución alimentaria y supermercados.
Mantener el uso de las soluciones de refrigerantes más eficientes, seguras, económicamente viables y de menor impacto medioambiental, conservando el esquema de reducción gradual vigente en el Reglamento, permitirá a España llevar a cabo su transición energética de manera más sólida y sostenida.
Los reguladores deben impulsar textos legislativos que garanticen la neutralidad tecnológica, permitiendo a la industria satisfacer sus necesidades eligiendo la mejor solución en cada caso, entre los refrigerantes más eficientes energéticamente, sostenibles y seguros.