La compañía burgalesa cuenta con un total de 600 nuevos vehículos, de los que 300 son vehículos de renting que se mueven con energías más respetuosas con el medio ambiente, la mayoría con GNL, aunque también algunos utilizan diésel mejorado.
Con el uso de combustibles alternativos, el objetivo es contribuir a la reducción de las emisiones de óxido de azufre y partículas y, consecuentemente, mejorar la calidad del aire y reducir la huella de carbono de la empresa de productos lácteos.
Además de la elección de vehículos, Pascual ha incluido la telemática en toda su flota, algo con lo que se espera optimizar los costes, reducir el consumo y minimizar el impacto ambiental.