Manuel Pérezcarro, secretario general de Froet

Objeto de deseo

El grueso del sector del transporte frigorífico, al igual que el resto del transporte de mercancías está compuesto por pymes y autónomos y lo están pasando mal y con un futuro rodeado de incertidumbres.
03/10/2022 a las 11:59 h

Muchos nos preguntamos qué está pasando en el transporte frigorífico de mercancías para que en alrededor de un año se hayan vendido, todo o parte, de cinco de las más grandes empresas de transporte frigorífico de España: Acotral, Primafrío, El Mosca, Fuentes y ESP La Espada.

En cada caso la operación ha sido distinta, pero todas coinciden en crear con estas adquisiciones grupos más fuertesy con más variedad de servicios.

Las compañías adquiridas presentan perfiles distintos pero todas coinciden, además de tener cierta dimensión, en ofrecer otros servicios logísticos de valor añadido aparte del transporte puro de mercancías por carretera en vehículos frigoríficos y eso les ha hecho ser objeto del deseo.

Apostar por empresas que se dedican fundamentalmente al transporte de productos alimenticios, esencialmente hortofrutícolas, u otros productos de primera necesidad, puede ser el común denominador. El sector de la alimentación es un sector seguro. Todos tenemos que comer todos los días. Otros sectores como la industria o la automoción están sujetos a los vaivenes de la economía y pueden sufrir, como estamos viendo, los efectos de una pandemia o una guerra.

Esto lo hemos vivido durante el confinamiento, por ejemplo, en el que únicamente el sector frigorífico se mantuvo trabajando al cien por cien.

A pesar de ello, las empresas de transporte frigorífico se mueven con unos márgenes de rentabilidad muy bajos, como el resto del sector del transporte, ya que la comercialización está en manos de las grandes distribuidoras que son las que marcan las condiciones. En esto está a la par con el sector agrario. Al productor le impone las condiciones el comercializador.

Por eso las empresas que resultan atractivas son aquellas que ofrecen otros servicios de valor añadido, además del propio servicio de transportes, y es de estos servicios donde obtienen la rentabilidad.

Hoy una empresa con doscientos o quinientos camiones, que solo se dedique al transporte, hace el mismo trabajo que un operador logístico que subcontrata los servicios con empresas más pequeñas y, como ha quedado demostrado, lo puede hacer a precios más competitivos, eso sí, a base de estrujar al máximo al transportista efectivo y evitando los inconvenientes que supone tener una plantilla de conductores a los que hay que gestionar y pagar, sin camiones que hay que mantener, ni inspecciones de transporte o sanciones de tráfico que soportar.

[sumario]Las empresas que resultan atractivas son aquellas que ofrecen otros servicios de valor añadido, además del propio servicio de transportes”[/sumario]

El grueso del sector del transporte frigorífico, al igual que el resto del transporte de mercancías está compuesto por pymes y autónomos y lo están pasando mal y con un futuro rodeado de incertidumbres. Es un servicio imprescindible, sin embargo tiene enormes debilidades que le impiden poner en valor su trabajo. La nueva normativa publicada desde octubre del año pasado, como el pago obligatorio a 30 días (máximo 60 si hubiese pacto por escrito), la revisión obligatoria del precio del transporte en función del precio del combustible, la prohibición de la carga y descarga por el conductor (salvo excepciones) o el pago de las paralizaciones superiores a la hora son instrumentos que, sin duda alguna, deben ayudar a mejorar la rentabilidad de las empresas, pero esto no es suficiente; hay que tratar de conseguir hacer empresas más fuertes y competitivas.

Para eso también existen figuras en nuestro ordenamiento jurídico como las sociedades de comercialización o las cooperativas de transportistas que pueden lograr hacer crecer la empresa y ofrecer esos servicios de valor añadido que demanda el mercado. Pero para ello, hace falta renunciar a la individualidad y eso está comprobado que es difícil, aunque tenemos el ejemplo de estas empresas a las que me refería en el encabezamiento de este artículo. Ellas han sabido ver que una mayor dimensión, a costa de perder su individualidad, es la solución para afrontar el futuro.

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