Algo empieza a moverse en el comercio electrónico de productos de alimentación. Las iniciativas se suceden y los grandes actores de este sector quieren entrar en un mercado que supone aproximadamente un 1% del total del e-commerce de nuestro país, pero que tiene un amplio margen de crecimiento, a la vista de la evolución de las ventas on-line en los dos últimos años.
Además, poco a poco van cayendo los miedos que tienen los consumidores a tener una mala experiencia o a dejar en manos de otros la elección de carnes, pescados, frutas y otros productos perecederos.
El Corte Inglés ya lleva tiempo en este segmento, Dia también está presente de la mano de Amazon, así como Alcampo, mientras que Mercadona tiene previsto empezar a dar servicio de comercio electrónico en 2018, entre otros.
En este sentido, Carrefour también tiene previsto realizar entregas de productos de alimentación en dos horas, tanto en Madrid como en Barcelona en 2018.
Además, durante el año próximo, el retailer pondrá en marcha un potente sistema de trazabilidad y gestión de entregas que permita a sus clientes coordinarse con los repartidores, con el fin de garantizar que los productos llegan a sus destinatarios a la primera.
Parece que en el comercio electrónico de productos de alimentación los tiros van por este lado, ya que los clientes más que rapidez en la entrega, y dado que cada producto viene marcado con una fecha de consumo preferente, lo que parecen demandar son entregas pactadas con una ventana horaria concreta.
Transformar la compra on-line de vino en una experiencia gourmet
Al tiempo, la empresa de gran distribución ha puesto en funcionamiento, con vistas a la llegada del `Black Friday´ y las navidades, una bodega on-line con 1.200 referencias, que llegarán a 1.500antes de que termine el año, con entrega en entre 48 y 72 horas en la península y Baleares, y que, en el caso de Madrid, se hace en 24 horas.
Carrefour ha puesto en marcha para este servicio un sofisticado servicio logístico que incluye un diseño especial para el packaging de las botellas, así como el establecimiento de un almacén dedicado de 700 m² en Alcobendas y transporte especializado, que preserve la calidad de los caldos para clientes que valoran especialmente las condiciones de conservación del vino.
Con todos estos elementos, la empresa busca convertir la compra en una experiencia para el cliente, tal y como ya están haciendo algunos retailers, gracias a un gran surtido, productos exclusivos, con presencia solo para compradores on-line, y elementos de marketing dirigidos a fidelizar a los clientes.