La compañía tecnológica noruega Clean Marine lanzará próximamente un 'scrubber' de última generación que ayudará a los operadores a reducir los costes de inversión e instalación de este sistema. En primer lugar, su peso se ha reducido en más de dos tercios respecto a su antecesor, lo que supone que no es necesario reforzar la estructura del buque antes de instalarlo.
Además, al haberse simplificado su diseño, este proceso llevará unas tres semanas, frente a las cuatro o cinco que se podían tardar hasta ahora en tener el sistema listo para su uso, por lo que se reduce el periodo de inactividad del buque y su estancia en el astillero.
Se trata de un producto muy competitivo en comparación con otros 'scrubbers' y sobre todo, en comparación con el uso de combustibles bajos en azufre. Es un sistema de depuración híbrido que puede funcionar tanto en ciclo abierto como cerrado, evitando los conflictos con los puertos que tienen prohibido el uso de 'scrubbers' de ciclo abierto.
Fabricado en acero inoxidable de alta calidad, su facilidad de instalación y la reducción de costes que supone podría llevar a los operadores de menor tamaño a apostar por los 'scrubbers' en lugar de utilizar combustibles bajos en azufre.
Si bien este mercado se ha ralentizado en los últimos meses, Clean Marine ha realizado un gran desembolso para tener la capacidad de producción suficiente a nivel mundial para asumir grandes pedidos y reducir los tiempos de entrega.
Su previsión hasta 2020 es la entrega de entre ocho y diez sistemas de depuración al mes a sus clientes, aunque no descartan seguir haciéndolo en el mes de enero, tradicionalmente difícil para el sector, y que podría ser aprovechado para someter a los buques a este tipo de procesos.