El último indicador del PMI industrial españolpresenta un registro de 48,4 puntos, frente a los 4644 de diciembre, lo que apunta a un deterioro de las condiciones del sector por séptimo mes consecutivo.
Este movimiento se produce en un contexto de debilidad de la demanda subyacente que implica que los volúmenes de las carteras de pedidos de los fabricantes españoles hayan caído con fuertza por octavo mes consecutivo en enero.
De igual manera, los nuevos pedidos de exportación también han notado una reducción similar, aunque en ambos casos se han ralentizado los ritmos de deterioro.
Al mismo tiempo, para adaptarse al contexto, las empresas industriales españolas habrían reducido su producción en eneropor quinto mes consecutivo, con lo que sus necesidades de abastecimiento también ha disminuido.
Sin embargo, tras tres meses de reducción en los retrasos de las entregas, los datos de enero indican un empeoramiento en el comportamiento de los proveedores, aunque, en todo caso, los plazos de entrega se sitúan muy por debajo de las demoras que se han registrado en los últimos tres años.
En cuanto a los precios, pese a que las tasas de inflación siguen su tendencia a la baja, algunas empresas han optado por seguir aumentando sus precios para trasladar sus costes. Frente a esta tendencia, la reciente caída de la entrada de nuevos pedidos a conducido a otras empresas a fijar precios más competitivos para no salirse del mercado.