El auge del e-commerce ha propiciado una mayor exigencia de los consumidores de cualquier sector, que quieren que las entregas se realicen en el punto elegido, casi siempre en su propio domicilio, independientemente del volumen y tamaño del producto adquirido.
Un buen ejemplo de ello es el crecimiento en las entregas domiciliarias que la compañía Pikolin ha venido experimentando durante los últimos años. En 2015, el 31% de las entregas de la compañía se realizaron a domicilio, aunque no todas se habían adquirido por Internet, ligeramente por encima del 30% de 2014, un año en el que se entregaron 80.000 colchones en los hogares de los consumidores.
A falta de un mes para que finalice 2016, la compañía ya ha superado las 100.000 entregas a domicilio, con lo que probablemente la cuota de estas sobre el total de ventas haya crecido en este año. En 2012, las entregas en los hogares suponían el 24% del total.
En este contexto de crecimiento, la compañía da más importancia que nunca al reparto de última milla. De hecho, según el director de Logística de Pikolin, Angel Gil, “la logística ha pasado de ser un peón en el ajedrez de los negocios a ser las piezas que ganan las partidas”.
Así lo ha señalado Gil en el marco de la feria Logistics 2016, donde ha analizado las mejoras implementadas por la compañía durante los últimos años. En última instancia, todas las soluciones puestas en marcha en la última década, desde la optimización de rutas en 2008 hasta la plataforma logística de PlaZa, han facilitado el reparto de última milla en la logística de la compañía.
Pikolin continuará apostando por la tecnología para seguir reduciendo los costes en su distribución, el ratio de incidencias en la misma, que ha pasado de un 4,5% en 2013 a poco más del 3% en 2015, y las emisiones de CO2, que se han reducido aproximadamente un 12% entre 2012 y 2015.