Más de cien empresas navieras y una decena de ONGs han expresado su apoyo, en una carta abierta a la Organización Marítima Internacional (OMI), para el desarrollo de una normativa que regule la navegación lenta obligatoria en todo el mundo para la reducción de las emisiones, en función de los distintos tipos de buque y sus tamaños.
La reducción de la velocidad de servicio de los buques, como consecuencia de la crisis de 2008 y los altos precios del petróleo, ya supuso una disminución significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y, según los firmantes de este documento, prueba su efectividad para alcanzar los objetivos de la Estrategia inicial de la OMI.
La propuesta, presentada originalmente por Francia ante la OMI a mediados del mes de abril, presenta varias dificultades técnicas a la hora de aplicar los límites a cada buque y, sobre todo, verificar su cumplimiento. Además, muchos navieros argumentan que no afecta de la misma manera la navegación lenta a un granelero en la ruta entre Brasil y China, que a un fast ferry de pasajeros en las islas griegas.
Los firmantes abogan por el establecimiento de una velocidad media anual máxima para cada buque en el caso de los portacontenedores y máxima absoluta para los tipos de buques restantes.
La navegación lenta y otras posibles soluciones para la reducción de emisiones de efecto invernadero de cara al establecimiento de la Estrategia inicial de OMI se tratarán en la próxima reunión del Comité de protección del medio marino (MEPC74) en Londres del 13 al 17 de este mes de mayo.