El crecimiento del comercio electrónico y la implantación de normativas municipales más restrictivas para el acceso de vehículos contaminantes presionan para el desarrollo de hubs urbanos para dar un servicio más eficiente y sostenible.
Sin embargo, la implantación de este tipo de instalaciones logísticas tiene diversas implicaciones, que van desde su impacto sobre el tráfico rodado, hasta los efectos que tiene el intenso movimiento de mercancías, vehículos y personal sobre los vecinos
El Ayuntamiento de Madrid estudia desde el verano de 2021 una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana para regular los usos logísticos del suelo urbanoen la ciudad.
La novedad: Informes de movilidad
De este modo se establecerá la superficie máxima de las instalaciones para estas actividades y se exigirá la elaboración de informes de movilidad para la implantación de hubs urbanos.
Con esta reforma de la normativa municipal se quiere regular la inserción de las nuevas actividades de almacenamiento y distribución en los entornos urbanos y, al mismo tiempo, se pretende establecer limitaciones a la implantación y condiciones específicas de este uso cualificado.
[sumario]Las normas municipales deberán buscar el equilibrio para que los hubs afectan lo menos posible a la movilidad en la trama urbana y que, al tiempo, puedan ofrecer una operativa ágil y eficiente”.[/sumario]
El crecimiento de los envíos de comercio electrónico pone sobre el tapete la necesidad de contar con microhubs urbanos que permitan mejorar la eficienciade las entregas domiciliarias, así como mejorar la rentabilidad de estos servicios.
Para encontrar las mejores soluciones para optimizar la distribución urbana de mercancías, las autoridades municipales madrileñas se han reunido con diversos actores del sector y trabajan en una regulación equilibrada.
El Ayuntamiento de la capital lleva desde 2019 estudiando la evolución el reparto, consolidación y distribución de mercancías en el entorno urbano.
Así mismo, la normativa también estudiará el impacto que tienen estas plataformas urbanas sobre el tráfico urbano, el entorno y en la red comercial de la ciudad de Madrid.
Ante estos cambios normativos, existe en el sector cierto temor a que una regulación demasiado exhaustiva, especialmente en lo que respecta al preceptivo informe de movilidad que se exigiría en un futuro, supondría un factor que coartaría el desarrollo de hubs urbanos de última milla, pese a que es una necesidad cada vez más evidente.
En este sentido, el hecho de que sean los servicios de movilidad del Ayuntamiento los que emitieran el informe también podría implicar un posible endurecimientode los requisitos a cumplir por los hubs, al no tener en cuenta las necesidades funcionales que tienen estas instalaciones para que la operativa logística sea ágil y eficiente.
De igual manera, también existen dudas sobre los plazos en que habrían de emitirse los informes de movilidad, dado que un nuevo trámite burocrático más puede tener un efecto desincentivador.
Además, el sector también es consciente de que los cambios normativos implicarán que no se podrán instalar hubs urbanos en diversas zonas de la ciudad, especialmente en las más sensibles.
En definitiva, la norma habrá de encontrar un equilibrio entre los derechos de los vecinos a contar con entornos en los que puedan moverse libremente y la necesidad que tiene tanto el comercio electrónico, como las actividades logísticas, de reparto y distribución de contar con instalaciones urbanas acordes a sus necesidades, para que puedan ofrecer un servicio eficaz, ordenado y adaptado a la realidad económica.