Desde hace dos semanas, la Aduana del aeropuerto de Barajas ha instaurado un sistema de cita previa para los transitarios y representantes aduaneros que necesiten gestionar las incidencias de sus declaraciones.
La decisión de implementar este sistema viene impuesta, a nivel nacional, por la Agencia Tributaria, que según Ateia-Madrid equipara erróneamente el trabajo e inmediatez de las Aduanas con el de cualquier otra oficina de gestión o recaudación.
Demuestra así que desconoce el alcance y las necesidades del transporte internacional aéreo y de la actividad aduanera, toda vez que la medida se ha instaurado en todas sus delegaciones y dependencias.
Esta decisión está teniendo unas consecuencias muy graves para el colectivo de transitarios y perjudiciales para el comercio exterior que se desarrolla en el aeropuerto que más carga aérea maneja de España. Genera además una pérdida de competitividad frente a los principales aeropuertos europeos, que prestan un responsable servicio y una tutela efectiva a sus operadores económicos.
Entre las consecuencias negativas del nuevo sistema, la Asociación ha confirmado que sólo se permite solicitar una cita previa por empresa al día, aunque los transitarios y representantes aduaneros presentan, a nivel individual, decenas de declaraciones diarias, susceptibles todas ellas de incidencias.
Por consiguiente, limitar el número de citas genera un retraso considerable en las entradas y salidas de mercancías, pérdida de vuelos asumiendo parte de los fletes que las compañías aéreas repercuten por la anulación de la reserva, y costes de almacenaje.
En cada cita solo se puede tratar además una incidencia, y el sistema no permite solicitar otra hasta que la primera finalice. Es necesario, por tanto, que la Administración disponga de más personal para atender estas citas y no ralentizar el comercio exterior con una medida que lejos de ayudar a una mejor gestión de los recursos, perjudica el comercio internacional.
La fórmula aplicada por la Agencia Tributaria es, para Ateia-Madrid, manifiestamente contraria a la actividad de los transitarios y a los intereses del transporte aéreo, que requiere de un gestión ágil y rápida.
De no excluir a las Aduanas de este sistema de trabajo, advierten de que se generarán importantes retrasos logísticos, un aumento de costes en la importación-exportación de mercancías y una pérdida de negocio importantísima en el país.