La Asociación Europea de Proveedores de Automoción, Clepa, ha hecho un llamamiento a la Comisión Europea para que en la revisión de la normativa sobre las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos pesados se tengan en cuenta los combustibles renovables sostenibles.
Su secretario general, Benjamin Krieger, ha defendido que la inclusión de este tipo de combustibles brindaría la flexibilidad necesaria a las empresas que necesitan más tiempo para invertir en tecnologías de cero emisiones. Además, ayudaría a acelerar de inmediato la descarbonización.
Sin embargo, en su opinión, el reglamento no contribuye a impulsar el despliegue de los combustibles renovables. Además, considera que el objetivo de la Comisión Europea de lograr las cero emisiones contaminantes de los autobuses urbanos a partir de 2030 y de reducirlas en un 90% en los camiones para 2040, podría conducir a un cuello de botella y ralentizar el ritmo de la transición energética.
En este sentido, desde Clepa aseguran que los objetivos deben estar respaldados por una reducción de los costes tecnológicos y unas políticas que proporcionen los recursos y la infraestructura necesarios. Al mismo tiempo, creen que es preciso incentivar la compra de vehículos.
Para la Asociación, poner toda la presión sobre la industria sin establecer previamente las condiciones necesariaspuede resultar perjudicial para la competitividad de las empresas europeas.
Por ello, reclaman la misma ambición en el despliegue de una red de puntos de carga y reabastecimiento de combustible, así como en el establecimiento de una oferta adecuada de combustibles renovables, vehículos eléctricos y de hidrógeno, a precios asequibles.