El precio de enviar un contenedor de 40 píes por vía marítima desde el puerto de Shanghai al puerto de Rotterdam se ha reducido a más de la mitad durante los tres primeros meses de 2015, pasando de los 2.600 dólares (2.400 euros) establecidos a principios de año, hasta los 1.180 dólares (1.090 euros) que el Índice Mundial de Contenedores registra a viernes 27 de marzo.
Este acusado descenso, que ha sido aún más pronunciado durante las últimas ocho semanas, tiene su origen en diversas circunstancias, entre las que cabe destacar el descuento aplicado en el BAF a los cargadores, motivado por el descenso en el precio del petróleo, así como la tendencia de los operadores a disminuir los precios cuando sus portacontenedores no alcanzan el umbral del 90% en ocupación.
De hecho, desde la consultora Drewry señalan que esta incapacidad de los operadores para mantener los precios altos cuando ven peligrar la plena ocupación de sus buques es la causa principal del desplome, ya que la volatilidad del BAF está disminuyendo y el precio del combustible ya no tiene tanto peso en el ofertado a los cargadores.
Además, también ha contribuido a esta situación, aunque menor medida, el parón en las factorías asiáticas con motivo del Año Nuevo chino.
La disminución del recargo BAF constituye una prueba fehaciente de que los transportistas están transmitiendo a los cargadores la reducción experimentada en el precio del petróleo en el segundo semestre de 2014.
En este contexto, evaluar el impacto que para los operadores tiene el descenso en el petróleo se torna clave para saber el grado en que el mismo se está trasladando a los clientes.
Así, por ejemplo, desde Maersk señalaban en su presentación de resultados de 2014 que entre el 70% y el 80% de los beneficios de un menor precio en el combustible recaían sobre los cargadores y, a pesar de esta generosidad, el operador marítimo logró reducir los costes asociados al combustible del 21% de 2013 al 19% en 2014.