El presente 2016 se presenta como un año clave para la estiba española, ante la necesidad de cumplir la sentencia del Tribunal de Luxemburgo que la condena, pero también para los trabajadores y empresas de este servicio portuario en otros puertos de toda Europa.
Los estibadores de diferentes países han comenzado el año en pie de guerra. Por un lado, los holandeses del puerto de Rotterdam han cumplido su promesa de paralizar uno de los principales puertos de Europa, mientras que los portugueses que prestan este servicio en Lisboa vienen realizando paros y jornadas de huelga desde noviembre.
Tal y como había recogido cadenadesuministro.es, los operarios holandeses dieron un ultimátum a los empleadores de las terminales de Rotterdam el pasado mes de diciembre, tras ocho meses de negociaciones, y les advirtieron que irían a la huelga si no se llegaba a un acuerdo sobre las garantías de empleo y la destrucción de puestos de trabajo en la instalación portuaria.
Las reuniones del pasado mes de diciembre no fueron fructíferas y, finalmente, los estibadores han dejado de trabajar desde las 15.00 horas del jueves 7 de enero hasta las 15:00 del viernes 8, lo que supone la primera huelga masiva en el puerto holandés desde hace 13 años.
Los operarios holandeses mantienen sus condiciones para poner fin al conflicto, nacido de la pérdida de puestos de trabajo que traerá consigo la nueva terminal de contenedores altamente automatizada de Maasvlakte II que, cuando comience a operar en 2017, provocará la destrucción de 700 empleos.
Por tanto, volverán a exigir a los empleadores, en la reunión que se celebra este lunes 11 de enero, que se garantice el empleo hasta el año 2021, como mínimo, junto a otras sugerencias como retener el 100% de la pensión en las prejubilaciones.
Negociaciones en Lisboa
La situación en Portugal se presenta más esperanzadora después de que el gobierno luso haya afirmado recientemente, en un comunicado oficial, que la Unión de Estibadores y los operadores del puerto de Lisboa han llegado a un "acuerdo de paz social".
No obstante, las diferencias entre ambos se mantienen desde hace ya tres años, aunque se han agravado en los últimos meses, ya que en marzo de 2015 se rompieron las negociaciones para la firma de un nuevo convenio colectivo.
Desde entonces, varios disturbios en la instalación portuaria de la capital portuguesa, en especial aquellos que tuvieron lugar el 14 de noviembre, han propiciado la marcha de importantes navieras como Maersk o Hapag-Lloyd a puertos vecinos.
Los sindicatos han venido realizando paros y huelgas desde aquel día y, en el último preaviso emitido a finales de diciembre, los alargaban hasta el 31 de enero del presente 2016.
Ahora, según el gobierno luso, el acuerdo firmado por ambas partes sienta las bases para la negociación de un nuevo convenio colectivo que debería estar terminado a finales de febrero.