El presidente Biden ha firmado esta semana la ley de reforma del transporte marítimo, la 'Ocean Shipping Reform Act of 2022', con la que las autoridades estadounidenses quieren poner fin a ciertas prácticas que llevan a cabo las grandes navieras internacionales y que consideran que perjudican a la economía del país.
En concreto, la norma establece requisitos adicionales para las navieras y determina una serie de conductas prohibidas que no podrán desarrollar estas compañías.
Así mismo, también se faculta a la Federal Maritime Commission para que fije aspectos concretos de los fletes, prácticas contrarias a la libre competencia y establezca un registro de transportes marítimos.
De igual modo, también se le otorga a esta comisión potestad, en ciertas situaciones de emergencia, para que obligue a las navieras a compartir información con cargadores y transportistas ferroviarios y por carretera.
Esta es la primera reforma legal en el ámbito del transporte marítimo que realizan los Estados Unidos en los últimos 24 años.
En el acto de la firma, el presidente Biden ha cargado duramente contra las navieras por los incrementos de precios que han ido realizando en los últimos meses y que, según sus cálculos, ascienden a una subida de un 1.000% durante la pandemia, con beneficios de 190.000 millones de dólares en 2021, cerca de 180.700 millones de euros al cambio, siete veces más que en 2020.
Según Biden, esta reforma legal "evitará que las navieras puedan aprovecharse de las familias estadounidenses, de los agricultores, los rancheros y las empresas americanos".
De igual modo, Biden también ha asegurado que "nueve grandes navieras agrupadas en tres alianzas controlan la gran mayoría del transporte marítimo que se realiza en el mundo, y todas y cada una de estas nueve grandes navieras son extranjeras".
En esta misma línea, según el presidente de los Estados Unidos, las grandes navieras "se han negado a llevar productos fabricados en los Estados Unidos de vuelta a Asia".
Las navieras achacan los incrementos en los fletes a la pandemia
Frente a estas acusaciones, el World Shipping Council rechaza que no exista competencia en el transporte marítimo interoceánico y tampoco oculta que, tras dos décadas de bajos márgenes o de beneficios inexistentes y de abundante y barata capacidad para los cargadores, han increentado sus beneficios.
Sin embargo, el organismo también apunta que la propia Federal Maritime Commission, tras una investigación de dos años, ha concluido que la competencia en el transporte marítimo de larga distancia es "vigorosa"y que han sido las consecuencias de la pandemia las que han incrementado los fletes.
Según sus datos, trece navieras fuera de las grandes alianzascopan un 30% de los transportes marítimos de mercancías entre los Estados Unidos y Asia. De igual manera, la institución asegura que las navieras que forman parte de las alianzas compiten con independencia entre si tanto en precios, como en prácticas comerciales
De acuerdo con los cálculos del World Shipping Council, las navieras están reinvirtiendo sus beneficios en fuertes renovaciones de flota. En concreto, la institución señala que en 2021 se han realizado pedidos para 561 nuevos buques, mientras que en lo que va del presente 2022, los pedidos ascienden ya a 202 nuevas embarcaciones.