Desde hace tiempo, el sector logístico y de transporte clama contra la utilización de la llamada economía informal que vienen realizando diversas plataformas de comercio electrónico para llevar a cabo gran parte de sus labores de transporte y reparto, especialmente en la última milla.
Sin embargo, las medidas de confinamiento que se han adoptado en diversas localidades españolas para atajar la expansión de la pandemia ha provocado que estas compañías no hayan podido recurrir a personas con vehículos particulares para el reparto con la asiduidad con que venían haciéndolo antes, dada la imposibilidad de poder justificar debidamente un desplazamiento por motivos profesionales ante cualquier eventual control.
Es más, según informa Fenadismer, en estos meses estas empresas han tenido que incrementar temporalmente la contratación de transportistas autorizados, en un escenario marcado también por el aumento de los servicios de comercio electrónico que se está produciendo durante la pandemia.
Pese a la situación, la patronal estima que se sigue contratando a particulares para el reparto, lo que, en su opinión, constituye "una vulneración manifiesta de la legalidad vigente en materia de transportes", por lo que ha puesto esta realidad en conocimiento de los Servicios de Inspección de Transporte, al tiempo que pide un "plan de inspección prioritario contra estas prácticas ilícitas a fin de que sean erradicadas, por suponer un fraude de ley y una competencia desleal para el sector".