Incidentes como el incendio en el buque Maersk Honama principios de marzo en el Mar Arábigo constituyen un recordatorio de la importancia del seguro de carga. En el incendio, que duró cinco días, murieron cuatro miembros de la tripulación y resultaron dañados cientos de contenedores.
Los daños al buque, el remolque, la limpieza o los trámites legales serán divididos entre los expedidores cuyas cargas hayan sobrevivido al siniestro, tal y como explican desde el transitario on-line iContainers, lo que demuestra la importancia de invertir siempre en seguros de carga.
Sin ellos, es probable que la carga sea rehén del pago de esos cargos, además de que no se puede ganar nada o casi nada, ya que por ley, todas las navieras están obligadas a ofrecer un seguro, aunque la cobertura suele ser limitada.
En este sentido, el transitario aconseja a sus clientes contratar coberturas adicionales para una mayor protección ante situaciones imprevisibles, tales como los fenómenos atmosféricos. Los seguros cubren la carga durante todo el proceso, desde su almacenamiento hasta la entrega al comprador.
En el caso de Maersk, un seguro de carga facilita los procesos financieros posteriores al envío y los relacionados con la logística, ya que antes de que el buque atraque es preciso comprobar que los incendios a bordo se han extinguido y determinar las condiciones en las que se encuentra.
Los clientes que hayan contratado uno con cobertura ante un siniestro de este tipo podrán presentar una reclamación a través de su compañía aseguradora para acelerar la liberación de su carga. En cambio, sin seguro, los clientes podrían quedar atrapados en la responsabilidad que asumen las navieras, que asciende a 500 dólares (404 euros) por unidad.