La Comisión Europea pretende prorrogar durante cuatro años más el Reglamento de Exención por Categorías, BER, sin introducir ninguna modificación. Esto supone que las alianzas marítimas establecidas en la actualidad, cuyos acuerdos expiran en 2020, seguirán sin cumplir la normativa de competencia que rige para otro tipo de empresas.
Para el Consejo Europeo de Cargadores, ESC, esta norma, que está en vigor desde el año 2009, no proporciona ninguna herramienta para poder gestionar la situación actual del mercado y puede tener serias consecuencias que afecten a las condiciones del transporte marítimo.
En su opinión, el documento presentado en Bruselas no tiene en cuenta las necesidades actualesde un mercado centrado en los requerimientos de los clientes, que exigen fiabilidad y eficiencia a todos los actores de la cadena logística marítima.
ESC denuncia que la propuesta actual para prolongar el BER no se apoya en datos objetivos y no deja claros aspectos como qué consorcios estarán cubiertos por esta legislación o por qué se mantiene la cuota de mercado del 30% como referencia.
Asimismo, uno de los pilares básicos de este tipo de normas reside en los supuestos beneficios para los usuarios del transporte. Sin embargo, solamente se tienen en cuenta las tasas de carga para medirlos y no la cancelación de escalas, las frecuencias o las conexiones entre puertos, que tienen un significativo impacto en las operaciones de los cargadores.
A lo largo del año se ha estado revisando esta regulación y desde el Consejo han tratado de advertir de los efectos negativos que podría tener la prórroga del BER y de la necesidad de introducir cambios. Por ello, participará en el periodo de consultas propuesto, para intentar que se escuche también la voz de los clientes de las navieras.