En los últimos años, los requisitos y demandas de los clientes han cambiado, lo que a su vez ha transformado los métodos tradicionales de distribuciónde las cadenas de suministro. Sin embargo, el ritmo al que evoluciona el sector no siempre permite a los minoristas renovar por completo sus sistemas de gestión de almacenes, WMS.
Tal como explican desde Zetes, no se trata solamente de una cuestión de costes, sino que necesitan optimizar los procesos, lo que implica combinar diferentes soluciones para gestionar pedidos cada vez más complejos.
Actualmente, la cadena de suministro se basa en la demanda, por lo que las tiendas piden los artículos en stock que tienen una alta demanda y los consumidores realizan pedidos directamente al almacén. Además, los grandes minoristas venden a través de diferentes canales, desde los que no realizan los mismos tipos de pedidos ni en las mismas cantidades.
Por tanto, se da la situación de que un solo almacén tiene que realizar operaciones de 'picking' de tres o cuatro formas diferentes. Para adoptar esta nueva forma de trabajar, la primera opción de muchos minoristas es renovar su sistema WMS, lo que puede resultar costoso y lento.
De hecho, en la mayoría de casos, cuando se logra implantar y poner en marcha la nueva tecnología, ya es necesario pensar en nuevas alternativas. Por ello, es preciso implantar soluciones más ágiles y sostenibles pero, sobre todo, escalables.
Mejorar las operaciones de 'picking'
Antes de automatizar un almacén, se pueden analizar determinados aspectos para establecer unas operaciones de 'picking' de primer nivel. De este modo, podrán instalarse tecnologías de voz para pedidos de poco recorrido, sistemas 'pick to light' para los artículos con menos salida, o tecnología de visión y 'pick to cart' para las tareas que antes se realizaban con dispositivo de mano.
Integrar funcionalidades avanzadas en soluciones WMS ya implantadas permite a los minoristas establecer unos procesos más ágiles para que, si aparece una tecnología más eficiente, se pueda implementar sin tener que sustituir todo el sistema.
Es imprescindible que los minoristas analicen sus procesos e identifiquen los pequeños cambios que se pueden realizar para preparar los pedidos. Si son conscientes de que la tecnología no debería condicionar o restringir la elección de la solución, podrán sacar el máximo provecho a todas las opciones disponibles.