A pesar de la firme oposición de los trabajadores, los accionistas de Hyundai Heavy Industries han votado a favor de la división del grupo en un holding para la adquisición de DSME por un lado, y otra empresa que gestionará las habituales actividades de construcción de buques.
Se trata del primer paso para la fusión con el astillero de Daewoo, una operación con la que el superastillero resultante podrá alcanzar una cuota de mercado del 21,2%, teniendo en cuenta los pedidos realizados a nivel mundial.
Tanto los empleados de Hyundai como los de DSME se han posicionado desde el principio en contra de esta fusión, por miedo a las consecuencias que podría tener en cuanto a la pérdida de empleos.
Aproximadamente 30.000 trabajadores han sido despedidosde ambos grupos en los últimos cuatro años, lo que ha provocado graves revueltas entre los empleados, que incluso se han enfrentado recientemente a los accionistas de Hyundai.
Actualmente, la operación se encuentra pendiente de la aprobación por parte de las autoridades de competencia nacionales e internacionales, y se espera que en China y la Unión Europea puedan existir ciertos recelos.