El miedo es libre, suele decirse. Puede permitirse el lujo de actuar contra la lógica y poner contra las cuerdas la libre circulación de bienes y servicios en la Unión Europea precisamente cuando más se necesita, en situaciones de crisis.
Como informa Fenadismer, las autoridades alemanas y austríacas piden pruebas PCR negativas a los conductores profesionales que quieran entrar en ambos países y, además, las quieren traducidas al alemán o inglés, "incumpliendo", según la organización empresaria, "en todos los aspectos el principio de libre circulación de mercancías".
Precisamente esta situación ha ocasionado tal caos en los pasos fronterizos con Italia que los dos Estados se han visto obligados a admitir desde el pasado jueves 18 que también pudiera presentarse la prueba PCR en italiano.
La situación para el transporte de mercancías por carretera en la Unión europea empieza a ser preocupante y puede empezar a generar problemas a los exportadores españoles al ralentizar los circuitos que realizan los vehículos pesados.
Ante esta situación se redoblan los esfuerzos de las diversas organizaciones empresariales sectoriales del continente para detener lo que Fenadismer califica como "actitud proteccionista y antieuropea que tan grave perjuicio está ocasionando al normal abastecimiento de bienes y productos tanto a la población en general, como a las restantes actividades económicas".