La actual gestión del Puesto de Inspección Fronteriza del aeropuerto de Barajas limita el crecimiento de los tráficos de carga aérea y la competitividad de esta instalación aeroportuaria, a juicio de UNO.
De igual modo, la limitación horaria y de personal de la Administración para llevar a cabo los servicios de inspección ofrecidos en las instalaciones con PIF autorizado en Barajas también merman la capacidad recaudatoria del Estado.
En estos momentos, algunas de las instalaciones del PIF de Barajas sólo funcionan a unos días de la semana, "lo que ahoga la captación continuada de los tráficos de carga aérea que requieren este tipo de servicio", según denuncia la asociación, y supone "un freno al crecimiento y desarrollo del aeropuerto en materia de carga aérea".
De igual modo, para la institución, esta situación podría suponer "un posible trato discriminatorio del servicio a las empresas, lo que podría limitar la entrada de nuevos operadores, o incluso generar el desvío de tráficos a otros aeropuertos", con las consiguientes repercusiones para la economía y el empleo en la Comunidad de Madrid.
La patronal logística considera que, aunque la solución a largo plazo podría pasar por construir un único PIF en Barajas, de momento el objetivo prioritario debe ser potenciar el servicio de las actuales instalaciones.