Las entregas express en las grandes ciudades son una nueva necesidad que el cliente demanda y han venido para quedarse. Así lo ha señalado el CEO y confundador de Inminute, Luis Sanz, en el marco de la feria Logistics 2016, que se está celebrando en el recinto Ifema de Madrid.
Para Sanz, la “batalla” del e-commerce ha pasado de librarse en el precio de la entrega para establecerse en la rapidez de la misma. Algunos estudios citados por el director de Inminute confirman la nueva demanda de los clientes.
Según el ‘State of e-commerce delivery consumer 2016’ de Metapack, el 47% de los usuariosde áreas metropolitanas quieren que los comercios on-line ofrezcan la entrega en una hora. Además, el 26% de los clientes afirma que pagaría más a cambio de una entrega rápida, según el Estudio Anual Ecommerce 2016 de IAB.
Barreras físicas, culturales y administrativas
No obstante, la entrega ultra rápida en dos o incluso en una hora depende de varios factores que impiden que todos los comercios poder ofrecerlas.
Por un lado, el etailer necesita tener el stock en el centro de las ciudades y que el volumen de la mercancía sea relativamente pequeño, así como que el precio del producto compense pagar ese plus que exige la entrega rápida.
A nivel cultural, el necesario cambio tecnológico no ha calado aún en todas las compañías, mientras que las rutas de reparto tradicionales que establecen las empresas de mensajería hace que estas no se decidan a apostar por las entregas en dos horas al presentar más desafíos que beneficios.
Por otra parte, la economía colaborativa, que facilita este tipo de entregas en otros países, aún no es viable en España, un país donde tampoco parece probable que se mantenga durante mucho tiempo la figura de los falsos autónomos para el reparto.