Las entregas de paquetería con drones tienen potencial para ser efectivas por costecon respecto a otros sistemas tradicionales en el corto plazo y en operativas reales, según un análisis de McKinsey&Company.
Este trabajo apunta que el principal coste para la operativa de los drones en entregas de paquetería está relacionado con las percepciones salariales de los pilotos, mientras que otros costes y el abastecimiento energético de los aparatos es significativamente inferior a los que pueden tener otros sistemas como el uso de vehículos comerciales de combustión o eléctricos.
En concreto, el estudio calcula que transportar un paquete de 3,5 kilos en un rango de ocho kilómetros con un dron tiene un coste aproximado de 12,70 dólares, equivalentes a 11,94 euros al cambio, mientras que este mismo reparto en furgoneta diésel alcanza los 11,60 dólares, 10,9 euros al cambio, en furgoneta eléctrica queda en unos once dólares, 10,34 euros, y en un coche eléctrico es de 9,40 dólares, equivalentes a 8,84 euros.
Paralelamente, las emisiones contaminantes de los drones son inferiores a las del resto de alternativas, con 1,07 kilos de CO2.
Pese a todo, el principal obstáculo para el desarrollo del uso de drones como alternativa efectiva para los envíos de paquetería está relacionada, según el trabajo, con los costes laborales de los pilotos, que supone un 95% de los costes totales de estos servicios, dado que a nivel legal es obligatorio en gran parte del mundo que un piloto solo pueda operar un dron a la vez.
Por ello, McKinsey aboga por la automatización del control de vuelo de estos drones, así como por el avance en paralelo de la regulación para que esta operativa pueda convertirse en una alternativa a los métodos actuales de entregas de paquetería por coste.