En los últimos años, el sector de la alimentación ha sido objeto de una intensa presión para reevaluar su estrategia de gestión del desperdicio de alimentos, que asciende a unos 88 millones de toneladas anuales en toda la UE. De hecho, se calcula que los recursos que se desaprovechan en Europa son el doble de lo que se necesitaría para acabar con el hambre en el mundo.
En Reino Unido, las tiendas de alimentación se han comprometido a reducir a la mitad los desperdicios de alimentos de la granja a la mesa en 2030. Además, las grandes cadenas minoristas ya están introduciendo para la venta las frutas y verduras que no se ajustan a los parámetros estéticos de los supermercados.
Sin embargo, es el análisis de los puntos en los que se generan desperdicios lo que permitirá lograr un impacto positivo a una escala mayor. Para implementar una solución adecuada es imprescindible entender por qué se producen los desperdicios, como el exceso de inventario por malas previsiones o pedidos tardíos, hasta la pérdida de tiempo en la distribución, o los modelos de transporte ineficientes.
Según un estudio de Sapio encargado por Zetes, el 94% de las empresas carece de transparencia a lo largo de su cadena de suministro, pese a que se estima que con una mayor visibilidad, se podría reducir el desperdicio de alimentos en 240.000 millones de euros.
Entre las iniciativas que pueden implementarse, se encuentran la disminución de los trayectos sin carga, el aumento de las entregas en el primer intento, la reducción del movimiento innecesario de stock entre tiendas, la eliminación de errores de previsión o en los pedidos, y la optimización de las rutas.
Cadena adaptable
Asimismo, es fundamental tener una cadena adaptable por si se producen retiradas de productos y errores en la producción. Al compartir datos con su ecosistema de proveedores en tiempo real, los retailers pueden sentar las bases de una mejor colaboración, gracias a unas conexiones más sólidas y unas previsiones más dinámicas.
También es necesario que aprendan a utilizar la tecnología para superar los diferentes retos, tanto si se trata de reducir los desperdicios como de mejorar el transporte o la disponibilidad del stock.
Los retailers deben empezar por pequeños cambios, identificando las áreas en las que se puedan lograr mejoras con rapidez. A medida que empiecen a ver resultados, podrán avanzar rápidamente y lograr una visibilidad completa con el uso de la información en tiempo real.