El mundo está cambiando rápido, muy rápido. Además la experiencia de los últimos años nos dice que muy probablemente el ritmo seguirá acelerándose.
El principal motor del cambio y causante de toda esa aceleración es la revolución digital, motivada por la expansión de internet y su capacidad de transformar muchos aspectos de nuestra vida.
Ha habido cambios disruptivos en muchos sectores, en los que han emergido nuevos líderes, líderes que, en todos los casos sin excepción, son empresas que han sabido encontrar ventajas competitivas diferenciales en los nuevos campos de juego que ha creado esta transformación tecnológica.
Otras grandes compañías que parecían eternas han caído con fuerza, o incluso han desaparecido, por no haber sabido adaptarse a estos cambios cuando llegaron a su entorno competitivo. Y realmente ningún entorno competitivo está a salvo de esta transformación.
Es pues para las empresas una prioridad ineludible preparar a sus organizaciones para competir en este nuevo escenario tecnológico y dotarlas de las capacidades necesarias para desenvolverse en esta nueva realidad.
Llamamos transformación digital al proceso de adecuación organizativa, cultural y estratégica que debe de acometer una empresa para poder competir en la economía digital.
Y por supuesto esta realidad exige nuevas competencias y nuevas habilidades a los trabajadores.
¿Qué conocimientos nuevos necesitan adquirir los trabajadores?
Como en todo hay opiniones, pero todas ellas coinciden en una serie de competencias clave principales.
• Los trabajadores deben de tener un conocimiento digital general.
• Deben de estar familiarizados, saber manejar, las aplicaciones principales de uso habitual “en la nube”.
• Deben de tener la formación estratégica necesaria para visualizar los cambios que la revolución digital puede provocar en su puesto de trabajo, empresa, sector.
• Tienen que conocer herramientas que permitan una gestión eficiente de la información, especialmente cuando se trata de grandes cantidades de datos
• Dominar las herramientas de comunicación y trabajo en red, tanto con contactos internos, como con externos.
• Entender como utilizar estos avances para mejorar la propuesta de valor de la compañía, en especial en lo relativo al cliente.
• El aprendizaje continuo en todas las competencias relacionadas con transformación digital para permanecer lo más a la última posible.
Y son las empresas las que deben de velar porque sus trabajadores tengan y mantengan los conocimientos necesarios, pues en caso contrario esas empresas estarán corriendo un serio riesgo de quedarse obsoletas y desaparecer.
Javier San Martín
Socio Fundador de Logistun