Dado el balance positivo que hacen por el momento Renfe y Medway de su alianza para la gestión de la terminal de mercancías de San Lázaro, situada en Mérida, ambos operadores ferroviarios tienen previsto iniciar una segunda conexión con Madrid en 2018. El principal desafío reside en la mejora de las infraestructuras disponibles, ya que por tren hay 350 kilómetros más de ida y vuelta que por carretera.
Desde que la terminal retomó la actividad en noviembre de 2017, han movido dos trenes a la semana entre Mérida y el puerto portugués de Sines, en ambos sentidos, lo que supone un tráfico de 1.2000 toneladas de mercancía y 20 contenedores semanales, principalmente de productos hortofrutícolas y perfiles de aluminio.
Su objetivo es aumentar próximamente la frecuencia de trenes a tres semanales hacia la instalación lusa, con lo que se transportarán hasta 1.400 toneladas de mercancía en entre 35 y 40 contenedores.
La terminal tiene una extensión 21.000 m² en los que cuenta con tres vías, una de 360 metros y dos de 260 metros. Adif, propietaria de la instalación, adjudicó a finales de septiembre su gestión a riesgo y ventura por un plazo de cinco años, prorrogable por otros dos más, a esta sociedad logística formada por los dos principales operadores ferroviarios de la península ibérica.