Desde la asociación europea de navieros ECSA, han mostrado su preocupación ante la intención por parte de la UE de adelantar un acuerdo unilateral, con respecto al nuevo Reglamento que se planea para el Monitoreo, Reporte y Verificación del sistema de emisiones de CO2 procedentes del transporte marítimo (Reglamento MRV), que dejaría fuera del mismo a los países no integrados en la Comunidad Europea.
Las negociaciones para establecer los principios de dicho acuerdo han comenzado recientemente, por lo que desde ECSA han reclamado a la UE que vuelva a centrarse en la necesidad de que esta nueva normativa se logre a un nivel internacional, como pretende la Organización Marítima Internacional (OMI), señalando el hecho de que adelantar una normativa a este respecto por parte de Europa obstaculizaría el trabajo de la organización internacional.
En 2013, la Comisión Europea presentó la propuesta de MRV con la intención de preparar el camino para una solución que englobase a todas las regiones del mundo. Desde entonces, la OMI también ha venido avanzando hacia el establecimiento de un sistema de vigilancia mundial.
Sin embargo, actualmente, el desarrollo del instrumento a nivel europeo está avanzando a un ritmo más rápido que la labor de la OMI, y ahí radica el riesgo, según entienden los navieros, que defienden que el instrumento de la UE debe ser tan simple y directo como sea posible, de manera que sea fácilmente adaptable en una etapa posterior para incorporar los resultados del proceso de la OMI.
Además, esta simplicidad de la nueva normativa europea facilitaría la labor de la OMI, mientras que una reglamentación compleja obstaculizaría la labor internacional al adelantarse a esta.
Solución global
El objetivo declarado de los reguladores de la UE ha sido hasta ahora hacer del Reglamento MRV una solución global sobre las emisiones de CO2 del transporte marítimo, por lo tanto, es importante para evitar cualquier efecto boomerang que podría resultar de la acción unilateral de la UE, según indican desde ECSA.
Por ello, los navieros defienden que los legisladores deben tener en cuenta las deliberaciones en curso de la OMI y anticipar la reacción de las países no europeos que integran la organización. De no hacerlo, podría presentar una serie de inconvenientes para el resto de países que obstaculizarían en última instancia un acuerdo rápido a nivel global
2018 como horizonte
Cabe destacar que la propuesta de la Comisión indica 2018 como el año de partida para la labor de vigilancia, dando tiempo suficiente a la OMI para decidir qué medidas globales son los más eficaces para el medio ambiente y más rentables económicamente.
Por lo tanto, los navieros europeos se han mostrado escépticos en cuanto a la urgencia de un acuerdo a nivel europeo cuando no sólo sería posible sino también más prudente esperar los resultados de las deliberaciones de la OMI.
En este contexto, ECSA ha solicitado a los legisladores de la UE se que se queden "en el camino correcto" y eviten tomar cualquier decisión que pueda dificultar el progreso a nivel internacional en curso.