Tras siete semanas de cierre casi total para evitar la expansión de nuevo brote de coronavirus, parece que las autoridades chinas empiezan a trabajar para reabrir Shanghai de manera progresiva.
En este complejo contexto, las navieras han respondido a la bajada de la actividad industrial en una de las principales zonas portuarias del país asiático con un aumento de las cancelaciones de servicios que parten desde el sureste del continente, principalmente hacia Europa y América del norte.
Esta política de las compañías ha impedido que los fletes caigan más, e incluso ha provocado un repunte en la última semana. Pese a todo, los precios de los servicios de transporte marítimo de contenedores desde Asia a Norteamérica son, según Freightos, un 16% más bajos que los que había a principios de marzo.
De igual modo, los fletes para trayectos entre Asia y el norte de Europa siguen siendo un 21% más bajas que a inicios de marzo, con lo que tanto unos como otros se colocan en sus niveles más bajos desde el verano pasado.
La repartura de Shanghai plantea dos posibles escenarios para el transporte marítimo internacional.
Por un lado, algunos analistas consideran que la recuperación de la actividad en esta zona será un proceso gradual y manejable, sobre todo a la vista de que algunas navieras ya vienen observando una disminución en la demanda de servicios no asociada al cierre de la ciudad portuaria china.
Por otra parte, otros expertos anticipan que la apertura de Shanghai inyectará en los servicios un gran volumen de contenedores para hacer frente a la fuerte demanda retenida.
Esta oleada podría agravar la situación cercana al colapsoque viven algunos de los principales puertos norteamericanos y europeos, justo cuando se acerca la temporada alta estival.
En todo caso, uno y otro escenarios podrían acentuar las presiones alcistas sobre los fletes e incrementar los retrasos en los servicios de transporte marítimo internacional de contenedores.