La pandemia ha acelerado la implantación del comercio electrónico como canal consolidado. Además, la situación sanitaria también reafirma una serie de tendencias de impacto creciente en el on-line.
Este es el caso de las entregas en consignas y puntos de conveniencia que parecen ganar espacio a medida que cambian los hábitos de consumo y se dirigen a una experiencia más omnicanal, en la que se mezclan el proceso de compra en tienda física y a través del comercio electrónico.
En este sentido, Zebra ha detectado que cada vez más consumidores compran on-line y luego recogen en la propia tienda o en otros puntos de entrega.
Este mismo sentido, esta práctica obliga a las empresas de retail a agilizar su transformación digital para desarrollar buenas experiencias de compra tanto digital como en tienda, lo que implica colocar al consumidor siempre en el centro.
En consecuencia, los minoristas, además de proporcionar una interfaz ágil y sencilla, también deben ser capaces de poner a disposición de los compradores múltiples métodos de pago, opciones de entrega más flexibles y facilidad para hacer devoluciones.
Concretamente, las entregas en consignas o puntos de conveniencia ofrecen a los consumidores un mayor control y, al mismo tiempo, abaratan las entregas tradicionales, ya que permite afianzar los pedidos, simplificar la logística y reducir considerablemente la frecuencia de entregas fallidas.
Pese a sus beneficios, el sistema también tiene retos como la preparación de pedidos a pequeña escala, que se busca solucionar a través de 'dark stores', iniciativas que, sin embargo, también añaden complejidad a la cadena de suministro, por lo que muchos retailers optan por hacer el picking en las propias tiendas, aprovechando su proximidad con los clientes, reduciendo los costes de entrega y el impacto medioambiental.
Así mismo, también se detecta un incremento del uso de las tecnologías de automatización, para mejorar la visibilidad y la disponibilidad de productos en las estanterías, principalmente a través de dispositivos móviles para el personal, robots para acelerar las tareas, análisis de datos, cámaras en las estanterías o alfombras de presión para mejorar la precisión del inventario, así como de códigos QR para mejorar la trazabilidad y reducir los residuos.