VIIA pondrá en marcha el 12 de enero de 2016 una nueva autopista ferroviaria que unirá la terminal de Le Boulou, al sur del país, con el puerto de Calais, al norte, que permitirá además continuar hasta el puerto de Dover, Reino Unido, a través de un servicio ro-ro vía ferry. Así, esta será la tercera autopista ferroviaria operada por la compañía, junto a los 1.045 km que unen Perpiñán y Luxemburgo operada desde 2007, y la 'Alpine', que une las terminales de Aiton, Francia, y Orbassano, Italia, desde el 2003. No obstante, la nueva ruta, bautizada como VIIA Britanica, será la primera en integrar un servicio en la misma para realizar el transporte también por mar, mediante buques ro-ro, ampliando así las soluciones que el operador ofrece a los transportistas frente a la carretera. Claves del nuevo servicio La nueva autopista ferroviaria comenzará con dos circulaciones diarias seis días a la semana, tendrá un tránsito de 22 horas y podrá cargar por ferrocarril un total de 40 semirremolques en 20 vagones, ya que el puerto de Calais está optimizando su infraestructura para poder albergar trenes de esta longitud. En este sentido, cabe destacar que el puerto francés está ejecutando un proyecto de siete millones de euros, en parte financiado con fondos europeos Ten-T, que aporta al operador M&L, encargado de la carga y descarga en la instalación portuaria, la capacidad necesaria para manipular 10 remolques simultáneamente. Esto permite, además de realizar la carga y descarga de todo el tren en sólo cuatro horas, por lo que se podrán realizar hasta cuatro tránsitos por día en la instalación portuaria, en la que también se dispondrá de la superficie necesaria para un aparcamiento de 200 semirremolques. Menos costes y emisiones Las autopistas ferroviarias de VIIA se han marcado como objetivo haber realizado 500.000 trayectos en el horizonte de 2020, lo que habrá permitido dejar de emitir a la atmósfera 450.000 tn de CO2 al año, ya que el transporte por carretera emite un 82% menos de CO2 si "se sube" al ferrocarril. Además, los transportistas consiguen reducir los tiempos de tránsito y los costes, al aumentar un 17% la capacidad de carga hasta las 38 tn, una capacidad que se ha incrementado especialmente en Lorry Rail, en concreto un 33%, tras la incorporación de trenes de 850 m, que han permitido transportar 2.400 tn más de mercancías por cada viaje.