Para que el transporte aéreo pueda alcanzar el objetivo de cero emisiones, es necesario utilizar combustibles sostenibles que reemplacen a los combustibles fósiles habitualmente utilizados. En este sentido, el Pacto Verde Europeo incluye una propuesta para su desarrollo, en la que se está trabajando a través de la iniciativa ReFuelEU de la UE.
Sin embargo, tal y como explican desde Transport & Environment, esto solo puede funcionar si los combustibles que reciben ayudas son únicamente los que pueden contribuir a reducir las emisiones, y si se desarrollan lo suficiente como para poder atender toda la demanda del sector de la aviación.
En este sentido, solamente el queroseno sintético, derivado de la electricidad renovable, podría llegar a cubrir las necesidades del sector y reducir drásticamente las emisiones. La iniciativa de la UE pretende introducir una cuota mínima de entre el 1% y el 2% para los combustibles sostenibles de cara a 2030, que podría incrementarse si se cumplen ciertas condiciones.
Cada 1% supondrá una inversión adicional de 9.000 millones de euros en tecnología, incluyendo la relacionada con la generación de electricidad renovable, aunque habrá que esperar a finales de año para conocer el contenido completo del instrumento legislativo que prepara la Comisión para regular los combustibles alternativos en la aviación.
De cara a ese momento, T&E recomienda que solamente se tengan en cuenta en la norma los combustibles sostenibles, pues el foco debe estar en los biocombustibles avanzados, y sobre todo en el e-fuel, que es el que tiene el mayor potencial. Por el contrario, deberían quedar excluidos de esta propuesta los biocombustibles derivados de cultivos agrícolas.
Fondos europeos
Además, la Asociación exige que se garanticen los fondos suficientes para poder contribuir a la reducción de emisiones pretendida. El instrumento legislativo utilizado debe rectificar los errores existentes en normas como la RED II para que el apoyo se centre únicamente en aquellos biocombustibles avanzados que pueden contribuir realmente a una gran reducción de las emisiones.
En cuanto al e-fuel, la reducción de emisiones se consigue por la electricidad adicional y el CO2 capturado. La electricidad renovable no adicional solo desviará dicha electricidad de usos más eficientes, mientras que el CO2 obtenido de otras fuentes seguiría fomentando la producción de combustibles fósiles.
Por otro lado, la nueva norma ReFuelEU debe garantizar que comiencen a utilizarse estos combustibles. Actualmente, no existe un mercado de combustibles alternativos para la aviación, únicamente ciertos proyectos. Por ello, es importante contar con un instrumento legislativo para dar un mayor impulso tanto a la oferta como a la demanda.
Los contratos por diferencia se han utilizado mucho en el pasado para apoyar las tecnologías alternativas, como la electricidad renovable, pues tras un proceso de selección el contrato puede adjudicarse al productor que ofrece el coste más bajo, garantizando que el dinero público se invierte de manera eficiente.
La propuesta de la Asociación es que se estructuren de manera que incluyan ciertos requisitos específicos sobre cada combustible, y que sean financiados con los ingresos derivados del sector de la aviación, controlados a través de una agencia específica o alguna entidad conjunta.