Un reciente estudio de la Nasa dado a conocer esta misma semana certifica el papel que está teniendo la normativa de emisiones contaminantes de la Omi en 2020 para mejorar la sostenibilidad del transporte marítimo internacional.
De acuerdo con los datos de la agencia espacial estadounidense, obtenidos a partir de la observación del planeta desde su red de satélites artificiales, la normativa que limita el uso de azufre en los combustibles marinos se ha traducido en una fuerte reducción de las plumas de contaminación asociadas al tráfico de buques en las aguas internacionales.
En esta misma línea, la entidad aeroespacial defiende que las limitaciones establecidas como consecuencia de la pandemia han jugado un papel secundario en este proceso de reducción de las emisiones contaminantes asociadas al transporte marítimo.
Según el trabajo, estas medidas se han traducido en una reducción del tráfico marino de un 1,4% en algunos meses, porcentaje que no sirve por si mismo para explicar la importante reducción en las plumas que se ha observado en 2020.
Sin embargo, sí que se ha sido crucial, a juicio de la Nasa, el hecho de que unas menores emisiones de azufre implican que haya menos partículas de aerosoles liberadaspara formar rastros contaminantes detectables.
Las plumas de los barcos se observaron por primera vezcomo líneas de nubes anómalas en las primeras imágenes de satélite meteorológicas tomadas en la década de los 60 del siglo pasado.
Estas composiciones nubosas están formadas por el vapor de agua que se fusiona alrededor de pequeñas partículas de aerosoles emitidos en los gases de escape de los barcos y que, al dispersar más luz, parecen más brillantes que las nubes marinas no contaminadas, que son sembradas por partículas más grandes como la sal marina.