La filosofía de la logística sostenible no hace referencia únicamente a la reducción de los impactos ambientales nocivos, aunque sea el propósito principal, sino también a los objetivos comerciales.
Se trata de reducir los costes de los procesos logísticos, aumentar las ganancias y adherirse a principios de sostenibilidad, dicen desde el Grupo Trans.eu, que ha analizado la situación junto a expertos del sector como Maximilian Birle, director de Ventas y Servicio de Krone.
Según Birle, la clave del cambio que se está produciendo es la implementación generalizada de los principios ESG. A partir de 2024, las empresas que emplean a más de 250 personas y tienen una facturación de al menos 40 millones de euros deberán divulgar en sus informes todos los riesgos y oportunidades en medio ambiente, asuntos sociales y gobierno corporativo.
Sin embargo, algunas empresas ya han comenzado a implementar cambios por iniciativa propia. En su caso, Krone está trabajando en un proyecto de semirremolque con una mejor aerodinámica y su propio accionamiento eléctrico con una batería conectada, lo que reducirá las emisiones de CO2 entre un 40% y un 60%.
Además, los grandes fabricantes de camiones ya están apostando por tractoras eléctricas, aunque en las grandes flotas siguen siendo la excepción porque hasta hace poco existía la creencia de que el gas era la opción más adecuada. En este sentido, los camiones eléctricos aún se encuentran en pruebas, mientras que los camiones a gas se han vuelto poco rentables.
La rápida transición a fuentes de energía alternativas, como baterías e hidrógeno, dará lugar a enormes desafíos financieros y de infraestructura, como la necesidad de instalar miles de cargadores en los aparcamientos europeos.
Asimismo, teniendo en cuenta que durante la próxima década, las emisiones generadas por vehículos comerciales en las 100 ciudades más grandes del mundo crecerán en más del 30%, la logística de última milla supone un desafío especial.
Logística ecológica para grandes almacenes
Por otro lado, en Europa Occidental se está volviendo cada vez más difícil obtener la aprobación para construir un almacén que no cumpla con unos determinados principios de sostenibilidad, y los posibles inquilinos no están dispuestos a alquilar espacios que no hayan obtenido, por ejemplo, los certificados Breeam o Leed.
En la mayoría de los casos, las soluciones de logística ecológica para grandes almacenes implican la instalación de paneles fotovoltaicos y bombas de calor, un consumo eficiente de agua, una gestión cuidadosa del inventario, y la automatización de los procesos de almacén. En un contexto más amplio, esto implica ubicar almacenes cerca de los clientes finales para acortar el transporte.
En cualquier caso, algunas de las medidas mencionadas no son posibles sin un proceso avanzado de digitalización de la cadena de suministro, y el nivel de digitalización de las pymes europeas es del 40%.
Los fabricantes a menudo explican que no tienen tiempo para implementar nuevas soluciones porque están ocupados con problemas relativos a la operativa diaria, pero según refieren desde CargoON, que forma parte de Trans.eu, es necesario invertir en mejorar los procesos logísticos de la empresa, aunque solo sea para responder más rápido a situaciones de crisis.
Desde Krone, también sostienen que la digitalización de los procesos logísticos conduce a una mayor eficiencia en la cadena de suministro, permite la implementación de políticas de sostenibilidad y, al mismo tiempo, permite obtener rentabilidad. La logística verde no solo significa tener que hacer inversiones costosas para salvar el planeta, sino que se traduce en resultados financieros.