El último informe de Anfac sobre valoración logística refleja cómo el sector logístico se ha ido adaptandoa un entorno marcado por una menor producción de vehículos y, además, por unos ritmos de fabricación irregulares.
Según la patronal de la industria automovilística española, el pasado 2021 se han producido en España menos de 4,5 millones de automóviles, un 21,4% menos que en 2020. De igual manera, el pasado ejercicio se han transportado en el país 4,33 millones de vehículos, un 5,1% menos que un año antes.
Como consecuencia de este contexto irregular, Anfac detecta un cambio en el reparto modal del transporte de vehículo terminado en España, de tal modo que la carretera ha crecido hasta alcanzar una cuota de un 44,7%, mientras que el transporte marítimo ha retrocedido para colocarse con un 43,7% de los vehículos transportados en España y, de igual manera, el ferrocarril también ha perdido cuota, para quedarse con un 11,6%.
En concreto, durante 2021, se han transportado por carretera un 1% más, hasta un total de 1.938.000 unidades, mientras que por mar se han movido un 5,8% menos, con un volumen de 1.892.000 vehículos, y por ferrocarril se han transportado un 21,4% menos vehículos, con un total de 502.000 unidades.
La carretera gana por flexibilidad
Los datos indican, a juicio de Anfac, que la flexibilidad y la competitividad que ofrece el transporte por carretera le ha permitido adaptarse mejor a un entorno más cambiante, aunque a cambio de una menor eficiencia en los servicios que ha implicado un mayor número de camiones para mover menos carga, lo que, a su vez, se ha traducido en más kilómetros en vacío.
En este contexto, Anfac coloca el índice de valoración logística para el transporte por carretera durante 2021 en 3,9 puntos sobre un máximo de cinco, cifra similar a la de 2020. A su vez, la valoración logística del transporte marítimo ha crecido hasta colocarse en los cuatro puntos, mientras que la del ferrocarril permanece un año más en los 3,3 puntos.
Así pues, la patronal de la industria automovilística española estima que este escenario de incertidumbre e irregularidad se mantendrá en 2023 y pide que se trabaje para adaptar la capacidad y la flexibilidad de todos los modos de transporte al contexto, que se afronten las dificultades de capacidad existentes en el transporte terrestre, especialmente en el de carretera, que se avance en la multimodalidad y la comodalidad, que se refuerce la apuesta por la digitalización y que se acelere la transición energética hacia nuevas formas de propulsión en el transporte.