España es uno de los países desarrollados en que la adopción masiva de procesos de automatización tendrá una mayor implicación sobre el mercado de trabajo, según se desprende del reciente informe El Futuro del Trabajo dado a conocer este mismo mes por la OCDE.
En concreto, el organismo internacional estima que un 21,7% de los puestos de trabajo existentes actualmente en el país son muy susceptibles de ser sustituidos por robots, mientras que otro 30,2% de los empleos tienen un alto riesgo de cambiar profundamente con una mayor implantación de la automatización.
Ambos datos están muy por encima de la media de los países desarrollados y solo tienen parangón con otras naciones como Grecia, Eslovaquia y Eslovenia.
Así mismo, la OCDE señala como principales riesgos del mercado laboral a lo largo de todo este proceso la falta de formación, la alta tasa de temporalidad y los altos índices de desempleo juvenil, así como la falta de protección social para trabajadores con contratos fuera de las modalidades estándar de contratación laboral.
Sin embargo, por lo que respecta al conjunto de países desarrollados, la institución estima que, más allá de lúgubres vaticinios, los procesos de transformación digital y globalización implicarán la creación de nuevos puestos de trabajos y sectores de actividad, aunque la transición tampoco será fácil, ya que el cambio podría afectar a la calidad en estos nuevos empleos y, consecuentemente, aumentar las diferencias entre trabajadores.