Se trata de una apuesta en la que la empresa está presente desde hace años, especialmente para el transporte en los sectores de distribución y en la logística de corta, media y larga distancia, además de en servicios municipales como la recogida de residuos.
Iveco confirma así su liderazgo en el campo de las motorizaciones de gas natural con una gama completa de vehículos industriales, ligeros medios y pesados, y autobuses, de los que ha vendido ya más de 12.000 unidades en Europa, unas 2.000 sólo en 2013.
La amplia gama del Stralis es capaz de satisfacer las diferentes necesidades de los clientes de Iveco con chasis cabinas de dos y tres ejes y tractoras de dos ejes.
Los vehículos, producidos en exclusiva en la planta de Iveco en Madrid y ensamblados en la misma línea de montaje que los diésel, están equipados con un motor Cursor 8 Natural Power de entre 270 y 330 caballos.
El motor puede estar acoplado a una caja de cambios manual ZF de 16 velocidades o a un cambio automático Allison de seis velocidades con convertidor hidráulico de par.
En las versiones de gas natural comprimido (GNC), la capacidad total de las bombonas de almacenaje va de 600 a 1.140 litros, con un diseño que se puede personalizar de acuerdo con las necesidades del cliente.
Para los vehículos que deben realizar recorridos de media y larga distancia, el Stralis Natural Power está también disponible con gas natural licuado (GNL), que asegura una autonomía de más de 750 kilómetros.
La tractora AT440S33T/P GNL, en la configuración estándar, está equipada con cuatro bombonas de GNC de 70 litros cada una y un depósito criogénico de GNL de 525 litros. El gas natural se almacena en estado líquido a una temperatura de -130°C y a una presión de 9 bares y, antes de ser inyectado en el motor, pasa a estado gaseoso.
Iveco es el único fabricante europeo que ha adoptado una tecnología propia en la transición de Euro 5 a Euro 6.
Los motores de FPT Industrial de gas natural se caracterizan por una combustión estequiométrica, es decir, una relación entre aire y combustible químicamente correcta, alimentación del motor 100% con gas natural y ciclo Otto, con bujías de encendido que produce la combustión de la mezcla de gas/aire que llega a través de un common rail con dos inyectores por cilindro.
El tratamiento de los gases de escape se lleva a cabo con un simple catalizador de tres vías que no exige añadir aditivos (AdBlue o urea).
Los vehículos propulsados por gas natural tienen múltiples ventajas, tanto desde el punto de vista de la sostenibilidad medioambiental como de la rentabilidad para los operadores.
El gas natural es un combustible mucho más limpio, con unas emisiones de partículas un 95% inferiores a las de un diésel y de NOx reducidas al mínimo (-35 %).
Además, estos vehículos permiten disminuir las emisiones CO2 entre el 10% y el 100% en el caso de utilizar biometano, y a esto se añade una reducción del ruido del motor en unos cinco decibelios de media respecto a un diésel, lo que lo convierte en el vehículo ideal para la distribución nocturna o la recogida de residuos urbanos.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad económica, el ahorro en los costes totales de explotación (TCO, Total Cost of Ownership) de un vehículo puede superar el 10%, y el gas natural suma a estas ventajas unos menores costes de combustible respecto al diésel, hasta un 40%, en una partida que es fundamental en los TCO.