La Policía Nacional, con la colaboración de la Agencia Tributaria, ha intervenido 11 toneladas de cocaína a dos organizaciones criminales que planeaban su distribución en Europa, y ha detenido a 20 personas de origen balcánico.
Las investigaciones, desarrolladas con la colaboración de otros organismos internacionales, detectaron un complejo entramado empresarial dedicado al envío de contenedores marítimos desde Latinoamérica hacia distintos puertos de la Península Ibérica.
Así, en la Operación Tonara, se identificó una red empresarial creada para enviar grandes partidas de cocaína de Sudamérica a La Coruña, sede de la empresa utilizada para la ilícita importación, que se dedicaba al comercio al por mayor de pescado y marisco congelado, pero también a la compra venta de fincas y edificaciones.
El empresario responsable, de origen coruñés, pretendía encubrir sus acciones con un voluminoso flujo de contenedores vía marítima, detectándose durante meses envíos similares para mostrar una pretendida actividad lícita que encubriera el transporte de la cocaína.
En la operación, se han intervenido 7.500 kilogramos de cocaína oculta entre lomos de atún congelado, lo que supone la mayor aprehensión de este estupefaciente en Galicia. Se encontraba marcado con cuatro logotipos para identificar a las organizaciones europeas que debían recibir el alijo.
El apoyo de la Fiscalía Especial Antidroga del Campo de Gibraltar permitió solicitar la apertura de Diligencias de Investigación, comprobándose que la organización trasladaba los contenedores al puerto de Algeciras para posteriormente enviarlos al de Vigo.
Allí, se pudieron detectar dos de ellos, siendo uno de el que transportaba íntegramente la droga en su interior. En ese momento, se llevó a cabo la detención de todo el personal que se encontraba en la nave donde se estaba realizando la descarga.
Operación en Valencia
En el caso de la Operación Fulgor, en Valencia, han sido incautados 3.400 kilogramos de cocaína ocultas en dobles fondos secretos de contenedores marítimos, a través de la cooperación con la Fiscalía Especial Antidroga de Valencia.
Los contenedores eran parte de un lote de cuatro, que llegaron al puerto a principios de noviembre. Durante casi 30 días, no fueron movidos y se llegó a pensar que habían sido abandonados, pero a finales de mes, se cambió la empresa destinataria.
Esta nueva empresa, cuyo administrador acababa de ser detenido en el marco de otra operación antidroga, solicitó la entrega de los contenedores. Se trataba de una estructura fraudulenta creada para simular operaciones internacionales en las que camuflar envíos de cocaína.
El 29 de noviembre, el primero de los contenedores fue desplazado hasta un descampado en las proximidades de Valencia, donde permaneció toda la noche. Al día siguiente, se despacharon los restantes contenedores, coincidiendo finalmente todos en un polígono industrial de Xirivella.
Permanecieron en la zona hasta que se contactó con los destinatarios finales, que se encontraban ocultos en un restaurante cercano, procediendo entonces a estacionar el camión y la carga en una nave próxima.
Tras un tiempo vigilando los movimientos de los integrantes de la organización, se decidió intervenir de manera simultánea tanto en el lugar donde se encontraban los contenedores, como el restaurante y los dos vehículos encargados de controlar el entorno, intentando uno darse a la fuga.
Para llevar a cabo el operativo se hizo necesaria la presencia del Grupo de Operaciones Especiales. En la nave se detectó que un contenedor había sido prácticamente vaciado de sustancia estupefaciente, encontrando la cocaína en bolsas de deporte al fondo de la nave, junto a una puerta donde tenían una furgoneta estacionada.
El doble fondo del segundo contenedor ya había sido liberado parcialmente pero aún no habían comenzado la descarga. Una vez asegurada la zona, se solicitó la presencia de bomberos para acceder a él y se revisaron los otros dos contenedores, que no portaban sustancia estupefaciente.